Dos ganaderos todo terreno
En San Cristóbal, en el noroeste de Santa Fe, los Cursack hacen alfalfa en suelos con muchas limitantes y logran muy buenos índices reproductivos, con genética de punta y partos sencillos.

En el noroeste de Santa Fe, en suelos de baja aptitud, los hermanos Cursack demostraron que se puede hacer una ganadería eficiente y rentable con un afinado manejo de la producción de gramíneas y un notable repunte de los indicadores reproductivos, con genética Brangus de punta y una cuidadosa planificación de las pariciones.
El eje de este esquema es el constante aumento en la producción de alfalfa, acompañado de una rotación y descanso del suelo. Así, es posible aumentar la eficiencia de la recría, hacer un destete precoz y anticipar los servicios en un mayor porcentaje de los vientres jóvenes.
Esta es la receta que emplearon los hermanos Eduardo y Horacio Cursack, al timón del establecimiento El Mataco, en 1.500 hectáreas cercanas a San Cristóbal, en donde los suelos tienen marcadas limitantes como el sodio y la salinidad; además de poco drenaje y napas muy fluctuantes.
Este caso productivo fue destacado durante una jornada a campo que organizó hace unas semanas en San Cristóbal el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), denominada “Santa Fe ganadero, eficiente en todos los ambientes”.
El planteo ganadero también se apoya en el ajuste de la alimentación y el aumento en la eficiencia de la recría, lo que permitió aumentar la cantidad de vientres con un entore de 16 meses. Este manejo también influyó positivamente en la producción de invernada, con una mayor velocidad de terminación e incorporación de los rodeos para sostener cargas altas.