La industria aceitera pierde competitividad en relación con China
El país asiático subió sus compras de granos de soja y bajó las de subproductos. Algunas plantas locales pararon sus actividades.

La industria aceitera nacional es una de las más modernas y eficientes a nivel mundial, pero no está atravesando su mejor momento. Sucede que China, su tercer mayor cliente en aceite de soja (luego de India e Irán), ha decidido estimular su propio complejo oleaginoso basado en la importación del grano.
Este cambio de estrategia por parte del país asiático ha incrementado la capacidad ociosa de las plantas nacionales, a tal punto que las compañías Cargill y Vicentín decidieron discontinuar sus actividades en algunos de sus establecimientos por falta de materia prima.
A pesar del aumento que exhibe la producción nacional de soja, el ritmo creciente de las exportaciones de granos sin elaborar y de la capacidad instalada de molienda por parte de las empresas, a partir de la inversión de más de dos mil millones de dólares en los últimos 10 años, comenzó a generar en los últimos dos años un incremento en la ociosidad de la industria. A eso se sumaron las dificultades para traer soja de Paraguay, bajo el régimen de admisión temporaria.