Rotundo triunfo de Merkel, que roza la mayoría absoluta
Logró el 41,5% de los votos, el mejor resultado desde 1990; podría haber coalición. Logro ayer un histórico triunfo en las elecciones legislativas alemanas, un resultado que le permitirá disfrutar de un tercer mandato de cuatro años.

A los 59 años, Merkel confirmó su estatura de mujer más poderosa del mundo al convertirse en la primera dirigente europea que logra la reelección desde que comenzó la crisis que sacudió a la Unión Europea (UE). Con el 41,5% de los votos, "Mutti" (mamá) -así la llaman los alemanes- permitió que su partido conservador, la Democracia Cristiana (CDU), obtuviera el mejor resultado desde la reunificación del país, en 1990: un aumento de casi 9 puntos frente a las últimas elecciones, en 2009, según cifras finales.
Visiblemente feliz, luciendo una chaqueta de terciopelo color azul Francia, la canciller festejó ante sus simpatizantes lo que calificó de "superresultado" y prometió "otros cuatro años de éxitos".
Al hablar antes de conocerse las cifras definitivas, Merkel dijo que no era momento de pronunciarse sobre las posibles alianzas. Privada de su aliado liberal, el FDP, que obtuvo menos del 5% de los votos necesarios para entrar en el Parlamento, la CDU podría necesitar un nuevo socio para gobernar. En ese caso, será sin duda el Partido Social Demócrata (SPD), con el que repetirá la experiencia de la Grosse Koalition (gran coalición) de su primer mandato, entre 2005 y 2009. Pero la CDU también podría disponer de la mayoría absoluta en el Bundestag, que cuenta con 606 diputados.
Esa configuración marcaría un hecho histórico que agregaría aún más lustre al triunfo de Merkel. Ningún partido alemán obtuvo la mayoría absoluta en la Cámara baja del Parlamento desde el canciller conservador Konrad Adenauer, en 1957.
La CDU llega muy por delante de su principal adversario, la SPD, que obtuvo 25,7% de los votos, y permanece cerca de su nivel histórico más bajo de hace cuatro años.
Ese mal resultado parece ser producto de los numerosos pasos en falso que dio su candidato. Entre polémicas y gaffes , Peer Steinbrück perdió la ocasión de imponer los temas de debate que caracterizan a su partido, sobre todo en lo que atañe a la agenda europea. Casi al final de la campaña, una foto que muestra al candidato haciendo un gesto procaz con la mano en la portada de la revista dominical del diario Süddeutsche Zeitung terminó de sellar la suerte de su formación. "No obtuvimos los resultados que esperábamos", reconoció Steinbrück.