En siete años el gasto en subsidios cuadruplicó a la inversión real

Para la cuenta "transferencias corrientes al sector privado", desde 2006 se destinaron 600.200 millones de pesos para subsidiar, mayoritariamente, la energía, el transporte, el agua potable y el saneamiento.

En siete años el gasto en subsidios cuadruplicó a la inversión real
31deDiciembrede2013a las07:09

No es necesario mirar planillas presupuestarias para entender la magnitud de la crisis de infraestructura en la que está inmersa la Argentina. Pero echar un vistazo a los números sirve para ponerle cifras a lo que se percibe cuando llegan el calor y el frío, o cuando se intenta viajar, andar por las rutas argentinas o hablar por teléfono.

Desde 2006, año en el que se aceleró la inflación, por cada peso que el Gobierno destinó a inversión envió cuatro para subsidios. Los números hablan a las claras de cuál ha sido la prioridad de los últimos años del Estado kirchnerista: transferir mucho más para gastos operativos que para inversión real directa.

Según surge de un trabajo preparado para LA NACION por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) sobre la base de datos del presupuesto nacional, para la cuenta "transferencias corrientes al sector privado", desde 2006 se destinaron 600.200 millones de pesos para subsidiar, mayoritariamente, la energía, el transporte, el agua potable y el saneamiento. La inversión quedó relegada frente a semejante cantidad de ceros. En el mismo período, los desembolsos para inversión real directa y las transferencias de capital a las provincias sumaron 158.543 millones de pesos, que representan poco más de un cuarto del gasto en subsidios.

El crecimiento de uno y de otro es una clara explicación del cuello de botella en el que se encuentra la Argentina. El motivo es simple: mientras los subsidios se destinan a pagar gastos o financiar el déficit de empresas públicas, la inversión queda en obras de largo plazo. La urgencia, una vez más, le ganó a la necesidad.

Sólo por poner en perspectiva estos números, en 2009, cuando se sancionó por decreto la Asignación Universal por Hijo, se destinó una partida de 7645 millones de pesos. Ese año, los subsidios multiplicaron por seis esa cifra (52.476 millones de pesos) y la inversión era de 16.389 millones de pesos.