El fantasma de una recesión golpea la economía de Brasil
La actividad se redujo en los últimos dos trimestres del año pasado y cerró 2013 con un crecimiento de 2,57%; complicaciones para la campaña de Dilma.
La economía se está volviendo un terreno minado para el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff. Los últimos datos revelados ayer sobre la actividad económica indican que Brasil podría caer en una recesión al ingresar en este año clave en el que la mandataria buscará la reelección en octubre.
Según el índice de actividad económica del Banco Central, en diciembre pasado la economía se contrajo un 1,35%, lo que llevó a que el cuarto trimestre tuviera una caída del 0,17%. Ya el trimestre anterior había sufrido una reducción de 0,21%. Esos datos dejaron a Brasil al borde de una recesión técnica, pese a que el país cerró 2013 con un crecimiento de 2,57%, siempre de acuerdo son el mismo índice.
Si bien las mediciones del Banco Central no son el indicador oficial del crecimiento del PBI, sus datos sirven de previsión del índice final, confeccionado por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), cuyas cifras se darán a conocer recién el próximo día 27.
Pero no se espera una gran diferencia, sobre todo si se tiene en cuenta que el IBGE ya había adelantado que la producción industrial se derrumbó en diciembre último un 3,5%, mientras que las ventas minoristas cayeron un 1,5% en el último mes del año.
"Todavía es un poco temprano para declarar rigurosamente una recesión técnica, pero todo indica que la actividad económica se viene reduciendo, tanto por problemas internos como por el contexto internacional", dijo a LA NACION el economista Rafael Cortez, de la consultora Tendencias, en San Pablo.
En el ámbito externo, las dificultades que enfrenta Brasil son las mismas que gran parte de los mercados emergentes, como Turquía, Sudáfrica o la India, con una salida de capitales de sus países hacia Estados Unidos, que poco a poco, a medida que su economía va recuperándose, está abandonando el programa de estímulos y se vuelve más atractivo para las inversiones privadas.
A esto se le suma un menor crecimiento de China, principal socio comercial de Brasil y hacia donde exporta la mayor parte de sus materias primas, además de las turbulencias económico-políticas en sus dos mayores socios del Mercosur, la Argentina y Venezuela.
"Domésticamente, el clima tampoco ayuda. Brasil está pasando por una crisis de credibilidad. El gobierno de Dilma enfrenta una pérdida de confianza de los agentes económicos porque sus intervenciones sectoriales no dieron los resultados esperados, no se hicieron las inversiones que hacían falta en la infraestructura para volver al país más competitivo y se descuidó el equilibrio fiscal", explicó el analista de Tendencias, cuya proyección de crecimiento del PBI para este año era de 2,1%, pero ahora está reevaluándola a la baja, tal vez incluso menor al 2% que prevé para el cierre de 2013.