Con impronta femenina

En 9 de Julio, Julieta Lastra tiene un planteo agrícola de punta y no deja detalles librados al azar. Hasta una estación meteorológica es parte del combo.

Chacras para la experimentación de rotaciones sustentables, freatímetros y hasta una estación meteorológica son parte del combo. (Fuente: Clarín Rural)

Chacras para la experimentación de rotaciones sustentables, freatímetros y hasta una estación meteorológica son parte del combo. (Fuente: Clarín Rural)

22deFebrerode2014a las09:21

Julieta Lastra nació en la ciudad de Buenos Aires y siempre fue una incansable buscadora de caminos. Cuando terminó el colegio estudió medicina por un tiempo y luego fue monja de clausura durante ocho años en un convento de las Carmelitas Descalzas. Después estudió bellas artes, se dedicó a la escultura, hizo fotografía y, finalmente, hace ya diez años, recaló en la localidad bonaerense de 9 de Julio para convertirse en una productora agropecuaria de punta que busca la mejora constante en materia de productividad y sustentabilidad.

Julieta dice que su adaptación a la actividad no fue tan difícil porque su padre -quien le cedió el mando de la empresa- ya contaba con un muy buen equipo de gente y porque ella confía mucho en su asesor, el ingeniero Federico Albina. Pero en su manejo agronómico se perciben el detallismo y la prolijidad femeninas, además de un estilo de liderazgo con claros rasgos de su pasado artístico y espiritual (Ver Cuestión de...).

Clarín Rural la visitó y recorrió con ella los lotes para demostrar que, en el agro también, las mujeres tienen mucho para aportar.

La Ydalina es una estancia que originalmente tenía más de 10.000 hectáreas y pertenecía a la familia del ex Ministro de Agricultura y de Relaciones Exteriores Honorio Pueyrredón, de quien Julieta es bisnieta. Con el tiempo el campo se dividió y actualmente Julieta es dueña, junto a su hermano, de 1.600 hectáreas. “La Ydalina tiene alrededor de 900 hectáreas de suelos tipo 1, y el resto es más overo”, describe Julieta. A pesar de que no es ingeniera y que hace solo diez años que se dedica a la producción, habla como si lo hubiera hecho toda la vida y observa los cultivos con la dedicación de una especialista.

En “la lonja”, como llaman a la parte del campo que tiene mejores suelos, lo primero que se ve es una estación meteorológica. La pusieron en 2009 y obtiene datos como temperatura y humedad en suelo, vientos, evapotranspiración, humedad relativa y punto de rocío. Quien maneja esa información y la pone a disposición de cualquiera que la quiera ver on-line es Adriana Basualdo, meteoróloga de la oficina de riesgo climático del Ministerio de Agricultura. La asociación de La Ydalina con técnicos, especialistas y productores parece ser parte de su manifiesto.

Más adelante se ve una serie de parcelas en las que Julieta está experimentando diferentes rotaciones junto al proyecto Chacras de la regional Chivilcoy-Bragado de Aapresid. “La idea es ver si podemos superar techos de rinde en una agricultura sustentable. En la zona en general tenemos buenos campos y rindes altos, pero queremos ver si podemos estabilizarlos e ir hacia arriba en un proyecto que mejore el suelo”, explica la productora.

Para eso cuentan con cuatro parcelas y cada una está dividida en dos partes. Una parte de cada parcela se trabaja con el manejo habitual del campo, y la otra se hace con diferentes rotaciones y planteos de alta tecnología. Además, Julieta presta parcelas de sus propios cultivos para que se prueben nuevos híbridos de maíz y productos fitosanitarios de diferentes empresas.