Producir cuidando el ambiente
Qué piden los compradores de carne de los países desarrollados en materia de cambio climático y cuales son las oportunidades que tiene Argentina al respecto.
“Los minoristas de los países desarrollados no están exigiendo aún certificaciones sobre las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de los cortes vacunos, pero sí piden información objetiva elaborada por el país proveedor. No tener datos ni demostrar el accionar en materia de mitigación del cambio climático podrá llevar a la pérdida de competitividad e incluso a la exclusión del producto de la góndola”, planteó Gustavo Idígoras, Director del Centro de Estudios del Sistema Agroalimentario (CEAGRO) en el seminario Sustentabilidad y Modernización de la Ganadería Argentina, organizado por el Programa de Agronegocios de la UBA, la Universidad de Lomas de Zamora y la Fundación Gestión y Estrategia Agraria (GEA).
La Argentina está dando los primeros pasos en la investigación sobre la temática, pero diversos estudios internacionales ya suponen y divulgan que las emisiones que genera su ganadería son mucho mayores que las de los países europeos y americanos.
“Para el comercio argentino de carnes, es estratégico desarrollar una metodología de cálculo con factores de emisión propios, que sea dinámico y permita contemplar diferentes escenarios productivos. Además, debe ser consistente con la normativa internacional, o sea que tiene que incluir todo el ciclo de vida del producto, desde los insumos que se emplean en el establecimiento ganadero hasta el consumo final, incluyendo el transporte, el reciclaje y los desechos”, señaló Idígoras.
En este marco, se inscribe el proyecto interinstitucional que se lanzó en el ámbito del Ministerio de Agricultura (Minagri) con la participación de la FAUBA, la Universidad de Tres de Febrero, la Universidad de Lomas de Zamora, CREA y GEA.
Las otras ganaderías
En cuanto a los países competidores, la mayoría está trabajando activamente en la temática. Por ejemplo, Australia asumió un compromiso de reducción de emisiones GEI conforme al Protocolo de Kioto. Según fuentes de ese país, el sector agropecuario representa el 15% de las emisiones totales, siendo la producción animal responsable de la mayor parte de las mismas.
“El Gobierno australiano ya abordó la problemática mediante un programa que monitorea las emisiones, con su propia metodología; incentiva a los ganaderos que llevan adelante iniciativas para reducirlas y tiene mecanismos para comercializar los bonos de carbono que surjan de la actividad”, dijo Idígoras. En tanto, en Nueva Zelanda, donde las emisiones agropecuarias llegan al 50% del total, se implementó un programa parecido al de Australia.
Por su parte, Brasil es el único país en desarrollo que ya asumió el compromiso voluntario de reducción de gases de efecto invernadero ante el fuerte cuestionamiento ambiental que enfrentan sus productos agropecuarios en los mercados. Desde 2009, lleva adelante un programa nacional de mitigación y ya hay empresas frigoríficas que realizan inventarios de GEI en sus plantas y están avanzando al respecto con sus proveedores de ganado. Finalmente, Uruguay también esta trabajando activamente en el tema, de la mano de Nueva Zelanda.