Los sectores más perjudicados por las trabas a las importaciones

Autos y componentes electrónicos están en la mira del Gobierno, pero muchos advierten que el problema abarca a casi todos los rubros.

Los sectores más perjudicados por las trabas a las importaciones
24deMarzode2014a las07:46

Primer testimonio: “Si nos dicen que bajemos un 20% las importaciones, no tenemos problemas. Lo que nos mata es la incertidumbre, porque a veces no dejan entrar nada y a veces entra todo de golpe. Y así es muy difícil poder planificar”. Segundo testimonio: “Con el sector autopartista el Gobierno es más flexible, pero la semana pasada, Ford paró la producción de la Ranger por faltante de piezas”.

En sintonía, un alto ejecutivo de una tecnológica y un directivo de una cámara autopartista resumen el panorama que afrontan dos de los sectores más golpeados por las restricciones a las importaciones: la industria automotriz y la electrónica. Sin embargo, el problema es mucho más complejo y abarcativo de lo que se supone, según las quejas unánimes de las empresas. Los permisos para importar fluyen o se traban periódicamente, sin aparente lógica: “El apriete es democrático y afecta a unas 7.000 empresas de todos los rubros”, dijo Miguel Ponce, de la CIRA (Cámara de Importadores).

Esta cámara calcula que el 85% de las importaciones son insumos para la producción. Algunas estadísticas, sin embargo, reflejan que las trabas no tienen prioridades ni un plan estudiado. Hay cosas que no tienen explicación aparente, salvo una: la de evitar a toda costa la salida de dólares del país, por lo menos hasta abril, a la espera de la liquidación de la cosecha de soja.

En el primer bimestre del año, según un estudio elaborado por la consultora MRT, subieron las importaciones de TV (90%) y celulares (53%). Mientras que cayeron las notebooks (28%), heladeras (26%), cámaras (56%) y equipos de audio (33%). Y todo en un mismo sector. Se comprende más el freno a la entrada de artículos suntuarios, como los relojes importados (-63%), aunque resulta más difícil justificar la suba de casi el 50% de bebidas alcohólicas premium, como whisky, gin o cognac.