El campo, ante una política tributaria abusiva
Es necesario corregir las injusticias cometidas contra el sector de mayor productividad de la economía argentina.
Las declaraciones de protesta de las entidades agropecuarias respecto de la presión tributaria sobre el campo tienen a estas alturas, en relación con el Gobierno, no más que un valor testimonial. Cuando ya no queda sino un año y medio para que se cierre un ciclo político de 12 años, lo que más importa es la comprensión real de que las exacciones fiscales desmedidas sobre el sector de mayor productividad de la economía argentina no pueden prolongarse por más tiempo.
Un mensaje de esa naturaleza cumplirá efectos en toda la línea, en la medida en que lo interpreten debidamente los partidos políticos de oposición en condiciones de disputar el poder con posibilidades de éxito. Incluso, es importante que la franja actuante en el actual oficialismo , pero tan diferenciada del núcleo más duro, también entienda que con ella se abren, a juicio de observadores, esperanzas de un cambio que acabe con las discriminaciones ejercitadas contra el campo.
La última declaración sobre el despojo al que se somete a los productos agropecuarios ha provenido de una entidad sin fines de lucro: la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina (FADA). Si un extranjero no familiarizado con las arbitrariedades tributarias que rigen en el país leyera el párrafo central de esa declaración, debería volver a concentrarse más de una vez en su contenido a fin de convencerse de que ha leído bien: "La mayor presión de los impuestos en la Argentina dice la declaración, sumados a los costos de intervención, produce que el Estado tenga una participación en la renta agrícola del 73,9 por ciento".