La estrategia es aguantar hasta que la tormenta amaine
Los productores juegan con la máxima prudencia, que se siente en la falta de inversiones; apuestan a llegar al 2015 y vivir un cambio de rumbo.
Por lo cambiante se podría decir que cada edición de Palermo tiene un humor que lo caracteriza. Y la paleta de los estados anímicos que fueron protagonizando esta muestra es tan amplia que contiene desde la euforia del 2005 o la crispación del 2008 a la incertidumbre que dominó el año pasado.
De las charlas en los stands, en los cocteles de entrega de premios de las Asociaciones o almuerzos en el restaurante central surge que en esta edición lo que prevalece es un sentimiento de resistencia parecido al que experimenta un maratonista que se encuentra exhausto en el kilómetro 34 pero con voluntad de correr los 8 kilómetros que le faltan hasta la meta.
El 2015 y el cambio de gobierno funciona para muchos productores y empresarios del agro como bandera a cuadros por lo que están dispuestos a resistir desde el incremento de la presión impositiva y sus costos de producción hasta la caída de precios.
El optimismo se basa en la evidencia que el tren seguirá pasando y la oportunidad que brinda el mundo a los provedores de alimentos como Argentina seguirá por unos cuantos años más. Y además porque los partidos políticos de la oposición se están mostrando como un aliado del campo.