El costo de un paro arranca en los US$ 51 millones
Las medidas de fuerza del último mes comprometieron la operatoria de 295 buques que deberían cargar un poco más de 1 millón de toneladas de agroalimentos.
Desde las centrales empresarias que agrupan a los exportadores, los importadores, los despachantes de aduana y los armadores y puertos del cordón cerealero y aceitero del Gran Rosario señalaron a La Nacion que el panorama es desalentador: los negocios internacionales experimentaron una fuerte merma en los últimos dos años y la administración estatal de la actividad llenó de incertidumbre al sector privado.
Rehenes de la intervención oficial en el mercado de cambios, que imposibilita el giro de divisas al exterior y tornó denso el flujo de las importaciones, las empresas también se ven afectadas por conflictos terceros, como los paros gremiales de los portuarios, los marítimos, los recibidores de granos, los bancarios, los camioneros y hasta los trabajadores estatales de la aduana.
La legitimidad de los reclamos gremiales no puede cuestionarse. Lo que los empresarios cuestionan es que se llegue a este punto. En toda protesta sindical, siempre coincidirá alguna falta de resolución de problemas, y al Gobierno como protagonista de la dilación.
"Los costos adicionales que se suman con los paros son fenomenales. Por causas ajenas a la terminal y a los despachantes, como un paro de la Aduana, se pierden los forzosos. Pero las terminales no consideran esto, y cobran la tarifa normal como si el despachante no hubiera podido cargar", señalaron fuentes del Centro Despachantes de Aduana (CDA).