Steve Jobs de la lechería revoluciona el negocio

Mike McCloskey armó un tambo show en Indiana, EE. UU., tiene un joint venture con Coca-Cola y de sus desperdicios genera energía.

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Steve Jobs de la lechería revoluciona el negocio
30deAgostode2014a las08:32

Imagine: vacas lecheras comiendo algas, cultivadas en aguas residuales de biodigestores que extrajeron, del estiércol de las mismas vacas, diversos fertilizantes (para el maíz y la alfalfa que comen las vacas), electricidad (para dar energía al tambo) y gas (como combustible para la flota de camiones que se lleva la leche). El proceso se completa con el uso del agua depurada por las algas para regar los cultivos, y con el cobro de una suerte de crédito por el mejoramiento ambiental producido.

Tal es el círculo virtuoso es el que espera completar en Indiana, en no más de cinco años, el veterinario Mike McCloskey. El Steve Jobs de la lechería, como lo apodó alguien en la charla que recientemente brindó en Buenos Aires, invitado por la Fundación Producir Conservando.

La carrera de McCloskey comenzó por el '83, con un tambo de 300 vacas en California, con su mujer y un socio. Hoy, mudado al frío noroeste de Indiana, tiene 15.000 vacas, donde es presidente de Fair Oaks Farm, un despampanante Disney World de animales de granja reales. Es socio cofundador y CEO de Select Milk Producers, la 5a mayor cooperativa láctea de los Estados Unidos. Es socio de Southwest Cheese Company, firma que tiene la mayor planta de queso cheddar del mundo. Y es socio de Coca-Cola en la primera inversión láctea de esta gigante en los Estados Unidos, alianza que dio a luz el batido energético Core Power, sponsor en el Mundial de fútbol de Brasil.

Afable, sin arrogancia, a la pregunta de cómo hizo responde: "Soy tan bueno como la calidad de mis socios. Estas cosas no pueden hacerse solo".EL RECORRIDO

A McCloskey, que tiene un posgrado en producción láctea, dice que desde el comienzo le interesó trabajar bien tranqueras adentro: "Nos interesaba el cuidado de la vaca, el mejor ambiente en la sala de ordeño para lograr una mayor producción y calidad de leche, y también el medio ambiente y la percepción de la comunidad respecto de nuestro trabajo".

Pronto pasaron a 1200 vacas y luego a 1800. "Ya con ese tamaño empezamos a implementar protocolos muy estrictos y detallados", dice, porque había muchos empleados y debían entender "cómo hacer las cosas y por qué de esa manera, para que compartieran los valores".

En 1989 vendieron y abrieron un tambo en Nuevo México, donde llegaron a 5000 vacas, con tecnología más moderna. "Pero vendíamos a intermediarios que mezclaban nuestra leche buena con leche mala para hacer mediana. No les importaba lo que nosotros sí veíamos que iba a ser muy importante para el consumidor".

Sin dinero para la usina láctea propia, buscaron quien valorara la diferencia, y se asociaron con una cadena que tenía su propia planta. "Al poner su marca, al supermercado le interesa tener la calidad más alta. Eso nos puso muy cerca del consumidor", dijo.

Les fue bien, pero entonces empezaron a necesitar más leche producida con los mismos parámetros. En 1994 formaron la cooperativa Select Milk Producers, que hoy tiene 92 socios, con 8 plantas propias grandes y presencia en todos los niveles de producción. Hace leches en polvo y fluidas, envasadas con marca propia, yogures, quesos y productos especializados. El cuidado de la calidad y los procesos, dice McCloskey, fue lo que hizo que Coca Cola los eligiera para su incursión láctea, cuando a fin de 2012 les compró el 50% de Fair Life, dedicada a hacer productos de alto valor. "Nosotros manejamos la empresa y Coca-Cola hace la distribución, lo cual es un sueño".