Las nuevas fronteras para el maíz
En los últimos 25 años la producción local de maíz se duplicó gracias al trabajo realizado por los mejoradores y genetistas locales.
La semilla de maíz como vector fue uno de los ejes de la segunda jornada del Congreso Nacional de Maíz, organizado por AIANBA (Asociación de Ingenieros Agrónomos del Norte de Buenos Aires), en la Bolsa de Comercio de Rosario.
Guillermo Van Becelaere de Monsanto abordó la nueva frontera de mejoramiento en maíz. El especialista definió a la historia del maíz en la Argentina como exitosa, gracias a la contribución de los grandes mejoradores que tuvieron objetivos claros y una gran visión.
“Entre los principales factores que contribuyeron al éxito se destacan la alineación temprana de patrones que permitieron combinar germoplasma local con la introducción de germoplasma exótico y la selección para la tolerancia a estrés hídrico y resistencia al virus del mal de Río Cuarto”, recordó.
Gracias a la siembra directa -en la década de los años ‘90- se potenció la introducción de híbridos simples, el incremento de número de plantas por hectárea y la fertilización, para dar paso a la introducción de la biotecnología que alcanzó gran difusión a partir de década del 2000.
En ese sentido, la combinación del mejoramiento genético, la biotecnología y las prácticas agronómicas permitieron duplicar la producción de maíz en la Argentina en el último cuarto de siglo.
Van Becelaere profundizó que “el objetivo del mejoramiento sigue siendo alimentar al mundo que en al año 2050 tendrá una población que alcanzará a los 9.600 millones de habitantes, situación que no sería sostenible con la utilización de las herramientas empleadas en los años ’90 y para ello es necesario recurrir a nuevas tecnologías para aumentar los rendimientos”.