Las reservas volvieron a caer y, tras dos meses, el BCRA descongela el dólar oficial

Recurre a una devaluación suave y gradualista para desalentar la idea de un brusco salto cambiario.

30deSeptiembrede2014a las07:31

El Banco Central (BCRA) pareció haberse quedado en las últimas 48 horas "sin resto" para mantener la estrategia de tipo de cambio oficial absolutamente anclado que venía ensayando desde fines de julio, es decir, el momento en que se confirmó el default parcial de la deuda.

Lleva dos ruedas convalidando devaluaciones de 0,35% del peso frente al dólar (el vendedor mayorista saltó de $ 8,42 a 8,47,10 en dos días), lo que queda a la vista porque además vendió a razón de US$ 50 millones en cada una para evitar que ese ajuste pudiera ser mayor.

El cambio de estrategia sucede en momentos en que queda claro que la presión que desató la nueva corrida cambiaria sobre las reservas, lejos de ser inocua, puede volverse traumática.

Ayer, esa tenencia perforó el nivel de los US$ 28.000 millones para regresar a los niveles que mostraba hacia fines de abril, el momento en que los dólares de la soja (y el salto devaluatorio de comienzos de año) sustentaban a una sensación de calma en la plaza cambiaria local.

El problema es que esa temporada alta de la oferta sojera ya pasó y su nueva edición no sólo es lejana, sino que está en duda porque la cotización del cultivo ya se contrajo casi 30% en lo que va del año y los futuros de la próxima cosecha están debajo de los precios percibidos durante la actual, lo que hace dudar la magnitud de la próxima siembra. "La posición mayo de la soja en el Matba (el dato que el productor mira para saber si es rentable o no sembrar) cerró ayer a 240,80 dólares por tonelada, un 18,8% debajo de los 296,50 dólares de igual momento de 2013", explicaron ayer en el mercado.

El tipo de cambio oficial se había depreciado apenas 4% en los últimos tres meses. Y mantenido casi congelado en los últimos dos. Eso, junto al despegue que tuvo el dólar en el mercado paralelo, ayudó a estirar la brecha entre uno y otro precio hasta un 90%, un nivel inédito y que no hizo más que disparar expectativas sobre la posibilidad cierta de un nuevo salto devaluatorio.