El Norte, ante otra campaña que viene muy cuesta arriba

Tras dos ciclos de fuertes sequías cuyas pérdidas no se pudieron superar este año, ahora la situación se agrava por la caída de precios, mayores costos y las retenciones.

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La soja enfrenta un panorama difícil en materia de rentabilidad en el Norte. Foto: LA NACION / Fernando Massobrio.

La soja enfrenta un panorama difícil en materia de rentabilidad en el Norte. Foto: LA NACION / Fernando Massobrio.

04deOctubrede2014a las08:09

Luis Alberto Charritton y Nicolás Remis hacen las cuentas, comparan números y parecen llegar a una conclusión tan simple como contundente: con los actuales precios de los granos, los mayores costos para producir, finanzas estresadas, la alta incidencia de los fletes a puerto y las retenciones, la campaña 2014/2015 en el Norte viene demasiado cuesta arriba. Casi en vertical.

Charritton es productor de Las Lajitas, en una zona agrícola emblemática de Salta, y Remis produce en el norte de Tucumán. Ambos están en una región que de las últimas cinco campañas sólo tuvo dos realmente buenas (2009/2010 y 2010/2011) y las otras flojas o, como en la última, con resultados menores a lo esperado. En rigor, los ciclos 2011/2012 y 2012/2013 sufrieron la sequía, mientras que el pasado, si bien fue algo mejor, en soja hubo rindes que anduvieron de 10 a 15% por debajo de lo normal.

Por ese arrastre de campañas anteriores difíciles y un presente muy dificultoso, el camino del ciclo 2014/2015 es empinado. Tanto que aquí aseguran que los presupuestos para hacer maíz no cierran y la soja está al límite o en una situación inviable en los diversos escenarios que se proyectan. En este contexto, Charritton y Remis, junto a los asesores del semillero Don Mario, Martín Chibán, para la zona de Salta, y Martín Blanco, destacado en Tucumán, hablaron con LA NACION sobre el panorama para la campaña de soja y maíz.

Todos los años, Charritton hacía un 25 a 30% con maíz. Este año, en cambio, va a estar en un 15 a 20%. Y lo que hará será como cultivo especial para la industrialización de cerveza o flint, donde algunas empresas pueden pagar unos 30 dólares más que el cereal común.

"A 1300 kilómetros de Rosario, si no es un cultivo especial el maíz es inviable. Por ejemplo, mi punto de equilibrio está en 12.000 kilos, con una estructura de costos de 60 a 70 dólares por hectárea, cuando el promedio de rinde de los productores de punta de la zona es de 6000 kilos", señaló.

Charritton aún tiene maíz no especial sin comercializar del ciclo pasado. "Un 90% del maíz que no era con precio especial no se puede vender con la actual relación de precios; está en el campo", detalló el productor.

En soja, para salir hecho necesita de 2400 a 2500 kilos, justamente, niveles similares al promedio de un año normal en la zona. El rinde de indiferencia se encuentra en un 20% por encima de los últimos cinco años. Ocurre por la caída de los precios, los costos extras como el control de malezas resistentes y picudos, las retenciones y el flete, que representa para el transporte unos US$ 60.

El productor se detiene particularmente en el último punto, y explica: "El flete hace que nuestra retención no sea del 35% sino del 70% sobre el precio neto que recibe el productor", explicó.

Según Ignacio Pisani, presidente de Prograno, de 193.000 hectáreas en el ciclo pasado, para la nueva campaña la siembra con maíz en Salta bajaría a 160.000 hectáreas. En tanto, la soja se reduciría de 460.000 a 420.000 hectáreas.

Nicolás Remis advierte un panorama similar como productor en Tucumán. En su caso particular, venía de 50% maíz y 50% soja y ahora va a disminuir la participación del maíz a 30/35%.