Las ocho preguntas clave para entender la economía en 2015
Casi una guía para orientarse en un año especial en que la incertidumbre política y económica domina el escenario.
|La escasez de divisas y el atraso cambiario son los limitantes principales de la actividad económica.
Al finalizar el año en medio de cierta calma financiera, algunos funcionarios del Gobierno nacional han expresado la posibilidad de relajar el cepo cambiario y que la economía crezca con una tasa de inflación del orden del 15% anual durante el año 2015. ¿Es esto posible? Estos interrogantes y otras preguntas sobre la economía durante el año electoral se analizan a continuación.
- ¿Puede el Gobierno levantar o relajar el cepo cambiario?
La respuesta es no. La mejora reciente en las reservas brutas del sistema financiero obedece a la utilización de endeudamiento de corto plazo, como el swap de monedas con el Banco Central de China (u$s 2.300 millones durante la última parte del año 2014) o el adelantamiento de exportaciones primarias del primer semestre de 2015 (u$s 1.500 millones por encima de las liquidaciones normales del segundo semestre del año 2014). Si bien es cierto que estas operaciones podrían repetirse en la segunda mitad de 2015, la caída proyectada de exportaciones por el triple efecto de la reducción en el precio internacional de la soja, el atraso cambiario y la depreciación del real brasileño (y el parate de la economía de nuestro principal socio comercial) no permiten ningún espacio para avanzar en una relajación del cepo. Más importante aún, si tal relajación ocurriese sin cambiar las políticas actuales, lo único que pasaría sería que habría una caída virulenta de las reservas ante la demanda reprimida al tipo de cambio oficial que de repente encontraría una posibilidad de ser satisfecha.
- ¿Puede reducirse la inflación real al 15% en 2015 como establece el Presupuesto?
La respuesta es no. El elevado déficit fiscal actual no sería reducido en 2015. Ante el escaso financiamiento externo y doméstico y la escasez de reservas, el Gobierno seguirá emitiendo a un ritmo importante para financiar al Tesoro (entre el 3% y el 4% del PBI), lo que pone presión a la tasa de inflación, aun en el supuesto caso de que la depreciación del tipo de cambio oficial sea del orden del 15% anual. La combinación de recesión y atraso cambiario adicional puede reducir la inflación respecto del 40% observado en 2014, pero no mucho más allá de unos diez puntos anuales.