Polémica por los acuerdos de energía que se firmarán con Rusia
La Presidenta intentará acordar la construcción de una central atómica; ex secretarios de Energía dicen que, antes, la obra debería tener consenso político.
Putin y Cristina Kirchner, cuando el presidente ruso visitó la Argentina. Foto: Archivo La Nación
La presidenta Cristina Kirchner irá la semana próxima a Rusia en busca no sólo de la primavera oriental y del afianzamiento del vínculo político con el presidente de ese país, Vladimir Putin. También espera volver con un conjunto de acuerdos firmados para avanzar en la construcción conjunta de la quinta central nuclear en el país, algo que despertó críticas y polémica en algunos sectores.
El grupo de ex secretarios de Energía, habitualmente reacios a las decisiones del Gobierno, difundió ayer un duro documento en el que cuestiona la conveniencia de esos contratos, todavía no oficializados. "Los acuerdos a firmar se desconocen, pero seguramente guardan relación con las gestiones que inició en Moscú el año pasado el ministro [de Planificación] Julio De Vido, que a su regreso anunció planes para el sector nuclear por más de US$ 23.000 millones, cuyo contenido y justificación de dicho monto se desconoce a pesar del tiempo transcurrido desde el viaje, y sin que se dieran las explicaciones que tan importante cuestión requiere. Tampoco ha existido en ese período información pública ni aprobación legal alguna por parte del Congreso Nacional", criticaron. Y completaron: "Cabe poner de manifiesto que las centrales nucleares que se pretende introducir en los acuerdos con Rusia no están contempladas" en la ley que regula al sector.
CONTACTOS ENTRE PRIVADOS
En la víspera del viaje a Rusia, algunos actores privados se pusieron en movimiento para avanzar en los acuerdos que conduzcan a la construcción de la central. En los últimos días, ejecutivos de Helport, la constructora del empresario aeroportuario Eduardo Eurnekian, se pusieron en contacto con Carlos Bacher, el jefe de la empresa de ingeniería de Techint, para limar diferencias e ir a Rusia con una propuesta que convenza a Rosatom, la empresa dedicada al desarrollo nuclear de ese país, a elegirlos para la construcción de una nueva usina.
Las empresas argentinas quieren hacer la obra civil, para lo cual sumarían a un tercer socio, mientras que la tecnología provendrá de Rosatom y el financiamiento, de un banco ruso.