Crece la alarma en Europa: Grecia cae hoy en default
Grecia confirmó ayer su decisión de no pagar el vencimiento de 1600 millones de euros que le debe al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Con el corralito vigente, los jubilados griegos no pudieron cobrar ayer sus pensiones por problemas logísticos. Foto: Reuters
Con toda Europa conteniendo la respiración, Grecia confirmó ayer su decisión de no pagar el vencimiento de 1600 millones de euros que le debe al Fondo Monetario Internacional (FMI). Así, el país entrará esta medianoche en default, primer paso para una posible salida de la zona euro.
La amenaza de Grexit provocó serias turbulencias en los mercados, que comenzaron las operaciones con pérdidas de alrededor de 4% tanto en Europa como en EE.UU., ante el temor a una ola de contagio que podría arrastrar a otros países frágiles de la Unión Europea (UE).
Las inquietudes parecieron apaciguarse hacia el cierre, alentadas por las esperanzas de varios dirigentes de poder llegar a un acuerdo que evite el inminente caos. "Francia está disponible para que el diálogo se reanude. La posibilidad de un acuerdo sigue existiendo", dijo el presidente François Hollande, que podría asumir el papel de mediador. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y la canciller alemana, Angela Merkel, también sugirieron la posibilidad de reanudar el diálogo después del referéndum del domingo próximo.
Para los analistas, si Grecia deja de pagar al FMI, quedará al mismo nivel que Zimbabwe, Sudán y Cuba, a pesar de que las agencias de notación y los responsables de la eurozona insisten en que el episodio no afectará los otros créditos de Atenas.
Mucho más grave sería un default de los 3500 millones de euros que Grecia debe pagarle al Banco Central Europeo el mes que viene.
Resignados, los griegos comenzaron a prepararse para pronunciarse en esa consulta a favor o en contra de las últimas propuestas de los acreedores institucionales del país (la Comisión Europea, el FMI y el Banco Central Europeo), que quedaron en suspenso el sábado pasado, después de que el primer ministro Alexis Tsipras decidió someterlas a referéndum.
Al despertar, la población encontró los bancos cerrados hasta el 7 de julio, un límite de 60 euros para retirar dinero de los cajeros automáticas y la imposibilidad de girar dinero al exterior.
La única buena noticia fue el anuncio de que esas instituciones abrirán el jueves para el pago de las jubilaciones.
En ese clima de extrema tensión, los dirigentes europeos se lanzaron a la batalla para tratar de convencer a los electores griegos de votar sí.
"Un no de los electores significaría que no quieren permanecer en la zona euro", declaró el ministro alemán de Economía, Sigmar Gabriel.