¿Cómo evitar mermas en los rindes de los cultivos de invierno?

La aplicación de fungicidas en el momento oportuno, con bajos niveles de severidad, determina que los cultivos rindan hasta un 15 % más. Técnicos del INTA Pergamino proponen un monitoreo permanente y manejo integrado de las enfermedades en el lote.

La sanidad es un factor determinante en el rendimiento y la estabilidad de cultivos de invierno, como trigo y cebada.

La sanidad es un factor determinante en el rendimiento y la estabilidad de cultivos de invierno, como trigo y cebada.

20deOctubrede2015a las16:00

Ensayo realizados por especialistas del INTA Pergamino, demostraron que con el uso de fungicidas foliares los cultivos rinden hasta un 15 % más, según perfil sanitario del cultivar y las condiciones ambientales, lo que significa que se pueden evitar pérdidas de hasta 1.200 kilogramos de granos por hectárea.

Lucrecia Couretot, especialista en manejo de enfermedades de esa unidad del INTA, aseguró que es fundamental “conocer el perfil sanitario de los cultivares, así se podrán intensificar monitoreos en aquellas variedades susceptibles y moderadamente susceptibles, y  tener en cuenta el rendimiento potencial del cultivo”.

Ensayo realizados por especialistas del INTA Pergamino.

El uso de umbrales es una herramienta eficaz para la realización de controles oportunos. “El tipo de fungicida a utilizar debe ser eficiente frente a las principales enfermedades presentes en el lote, para lo que es importante asesorarse en este tema con un especialista”, señaló Couretot.

De acuerdo con datos de la última campaña, el trigo –con una severidad de roya del tallo y de la hoja del 60 %– rindió 924 kilos más por hectárea a partir de la aplicación de fungicida. En cambio, la cebada –con una severidad de manchas foliares del 55 %– mostró una mejor respuesta a la aplicación de productos, debido a que el grano rindió 1.281 kilogramos más por hectárea.

“En esta época del año los cultivos se encuentran en encañazon o comienzos de floración por lo que muchos se encuentran dentro del periodo crítico”, indicó la especialista del INTA quien recordó que el período que va desde 20 días previos a 10 días posteriores a la floración se denomina período crítico porque es donde se define en gran porcentaje el número de granos por unidad de superficie, principal componente del rendimiento en grano del cultivo.

En este sentido, Couretot destacó la importancia del monitoreo. “Las hojas superiores constituyen la mayor fuente de carbohidratos para este período particular y para la etapa de llenado de grano, por lo que la visita a campo le permite al productor conocer el estado sanitario y diseñar la mejor estrategia para la prevención y control de enfermedades”.