Nuevo capítulo en Brasil: Temer asumió y llamó a la unidad
Dilma Rousseff fue suspendida por el Senado y será sometida a un juicio político; el flamante presidente interino pidió confianza en la recuperación económica.
|Temer, ayer, al llegar al Palacio del Planalto, antes de dirigirse al país, ya como presidente interino. Foto: AP / Felipe Dana.
En apenas diez horas, Brasil dio ayer un giro político de 180 grados: suspendió a una presidenta, invistió a otro jefe de Estado en forma interina y abrió un nuevo capítulo en su historia.
Después de una maratónica sesión, ayer cerca del amanecer, el Senado aprobó por 55 votos contra 22 apartar a la presidenta Dilma Rousseff de su cargo mientras la somete a un juicio político por manipulación de las cuentas fiscales. Al mediodía, la jefa de Estado fue notificada de su suspensión y debió dejar el Palacio del Planalto. Allí, al final de la tarde, el vicepresidente Michel Temer, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), se hizo cargo del gobierno interinamente.
Temer prometió recuperar la deprimida economía, mantener los programas sociales -que fueron la marca de los 13 años de administraciones del Partido de los Trabajadores (PT)- y no detener las investigaciones sobre el gigantesco escándalo de corrupción en Petrobras que sacude a toda la clase política y a importantes sectores empresarios.
Con el país polarizado como nunca antes por este proceso de impeachment -el segundo después del que sufrió Fernando Collor de Mello y lo llevó a la renuncia, en 1992-, la jornada estuvo cargada de tensión, con estrictas medidas de seguridad en la capital, lágrimas para algunos y festejos para otros.
Durante el día, no faltaron las acusaciones de "golpe parlamentario" desde el PT y sus aliados; las declaraciones de esperanza; los gritos de resistencia, y las exhortaciones a la pacificación de un país dividido, llamado que hizo Temer tras asumir sus funciones.