Crece la tensión: Reino Unido se niega a apurar su salida de la UE
El Reino Unido y la Unión Europea se trabaron ayer en un tenso debate sobre el ritmo al que debe llevarse a cabo la salida.
Angela Merkel conversó ayer por teléfono con François Hollande y hoy lo recibirá en Berlín para tratar la crisis europea.
El Reino Unido y la Unión Europea se trabaron ayer en un tenso debate sobre el ritmo al que debe llevarse a cabo la salida del país del bloque tras el referendo del jueves pasado, con aquel país rechazando de plano las presiones para apurar el proceso.
Ante los agrios reclamos de los principales países de la UE para que Londres active de inmediato los trámites para su salida, un modo de reducir las posibilidades de que otros Estados miembros sigan el mismo camino, el canciller del Reino Unido, Philip Hammond, advirtió ayer que "el referendo es un asunto interno" y que será su país el que, sin aceptar presiones, "determine los plazos" de su retirada.
Las negociaciones recién empezarán en octubre, cuando el partido Conservador elija quien será el sucesor del actual primer ministro, David Cameron, añadió Hammond, desactivando las expectativas de que el jefe de Gobierno saliente promueva mañana mismo el artículo 50 del Tratado del bloque, que debe regir el divorcio.
"El objetivo e incluso la existencia de la Unión están siendo cuestionados. En tiempos difíciles, una Unión fuerte tiene que pensar estratégicamente. Esto es más cierto todavía después del referendo británico", dijo la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini.