Buenas nuevas para una especie nativa en riesgo de extinción

Apenas 150 venados habitan el Parque Nacional Campos del Tuyú y zonas aledañas, al sur de la Bahía de Samborombón.

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Buenas nuevas para el venado de las pampas.

Buenas nuevas para el venado de las pampas.

07deSeptiembrede2016a las08:14

Apenas 150 venados habitan el Parque Nacional Campos del Tuyú y zonas aledañas, al sur de la Bahía de Samborombón. La especie, que alguna vez ocupó gran parte de América del Sur, hoy figura en el Libro Rojo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En una iniciativa para torcer su destino, la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), la Administración de Parques Nacionales (APN) y la Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA) desarrollaron una estrategia conjunta para manejar los recursos forrajeros en la zona. Los resultados fueron exitosos: la dieta que más prefiere el venado aumentó en calidad y cantidad. Esto alienta un poco las esperanzas de los científicos en cuanto a la conservación de la especie.

“El proyecto para conservar el venado arrancó hace más de tres décadas, cuando el parque nacional era aún una reserva de vida silvestre de la FVSA. Como en la reserva no estaba permitido el pastoreo ni hacer cortes o quemar, la vegetación típica eran pastos altos de bajísima aptitud forrajera. Como veíamos que en los campos ganaderos vecinos sí había buenos pastos y que los venados saltaban el alambrado para comerlos cuando no estaban las vacas, decidimos hacer un manejo amigable para ambas especies en los establecimientos linderos”, contó Adriana Rodríguez, docente de la cátedra de Forrajicultura de la FAUBA.

En los experimentos previos, publicados el pasado mes de agosto en la revista científica Ecología Austral, Adriana y su equipo habían visto que al implementar un pastoreo rotativo en los campos vecinos, la oferta de buen forraje aumentaba sensiblemente. “Nos interesaban en particular las lomas de conchilla, que son sectores muy productivos. Allí manejamos el pastoreo bovino con alambrado eléctrico, cortando el pasto a finales del verano y excluyendo a las vacas desde marzo hasta agosto. En esa ventana de tiempo entran los venados y comen muy buenos pastos y leguminosas, en cantidad. En agosto se levanta el alambrado, y las vacas (justo por empezar a parir) disponen de gran cantidad de forraje acumulado. Por lo tanto, se benefician tanto los venados como las vacas”, explicó la investigadora.