Un destacado dentro de la nueva generación de productores agropecuarios

Germán Di Bella, de Bioeléctrica, integra la nueva generación de productores agropecuarios que llevan a cabo la segunda fase de la revolución verde: la de la generación de energía.

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Germán Di Bella integra la segunda fase de  la revolución verde.

Germán Di Bella integra la segunda fase de la revolución verde.

06deDiciembrede2016a las15:23

Germán Di Bella forma parte de una nueva generación de productores agropecuarios que allá por 2012 pusieron en práctica un nuevo paradigma

Fue cuando con un grupo de socios comenzó a producir bioetanol, un combustible renovable a base de maíz, para su mezcla con la nafta en el mercado interno. La planta, ubicada en Río Cuarto, fue la primera en el país con escala industrial. 

Tres años más tarde, y con el mismo espíritu emprendedor, volvió a subir la vara. Junto con sus socios Marcelo Otero y Manuel Ron, comenzó a liderar un nuevo proyecto asociativo que también tiene al maíz como protagonista: la producción de energía eléctrica.

La empresa Bioeléctrica, también radicada en Río Cuarto, ya sintetiza esta idea. “No hay energía en el mundo más sustentable que la generada por biomasa. Estos establecimientos, además, no sólo son renovables por el uso de productos obtenidos por fotosíntesis, en este caso el maíz, sino que absorben pasivos ambientales, como es el estiércol ganadero”, afirma 

Di Bella, al frente de la compañía que ya se ha convertido en proveedora del Mercado Eléctrico Mayorista

–¿Cómo nació la empresa?

–Comenzó por el interés que, como productores agropecuarios, teníamos por la generación de energía renovables y básicamente sobre maíz. Lo que intentamos hacer a través de nuestros proyectos es aumentar la demanda de maíz en Córdoba, para que se siembre más el cultivo y sea más sustentable en la provincia. A partir de un cambio en la forma de hacer energía surge la idea de Bioeléctrica, junto con el asociativismo de productores. Hoy somos 30 productores los que formamos parte de la empresa.

–Ya tenían otra experiencia asociativa vinculada al maíz.

–Ese modelo fue Bio 4, también situada en Río Cuarto. Lo que hemos ido aprendiendo como productores es no sólo hacer inversiones en propios proyectos, sino también hacer socios. Estamos aprendiendo a comportarnos como socios inversores.

–¿Cuál es el perfil de los socios?

–La gran mayoría son productores agropecuarios; hay también administrativos, empleados bancarios, constructores, que están viendo el desarrollo de estos nuevos activos.

–¿La empresa está abierta a la participación de nuevos socios?

–Hoy ya estamos con el número definitivo. Pero lo que estamos pensando es asociarnos con productores de otras zonas para darle marco a cinco proyectos que tenemos en carpeta. Nuestra idea es poder replicar esta planta en la provincia, partir del uso de maíz y de estiércol de vaca, y llevar este desarrollo al interior.