INTA tiene nuevo presidente

Se trata de Juan Balbín, ingeniero agrónomo y extitular de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (AACREA). Destacó el rol del instituto en el territorio para generar desarrollo y empleo.

26deDiciembrede2017a las12:55

Ingeniero agrónomo de profesión, Juan Balbín es el presidente del INTA, designado formalmente mediante el decreto 1090/2017 publicado hoy en el Boletín Oficial, en reemplazo de Amadeo Nicora. Fue titular de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (AACREA) hasta 2013, cuenta con estudio de posgrado en Agronegocios dictado por la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba) y es egresado del Centro de Estudios e Investigación para la Dirigencia Agropecuaria (Ceida) de la Sociedad Rural Argentina.

Con el foco puesto en generar trabajo genuino para el desarrollo de los territorios, en la primera entrevista como presidente del INTA, habló sobre la impronta que le gustaría dar a su gestión, el rol que debería desempeñar el instituto en el desarrollo del país y cómo enfrentar los desafíos que plantea el futuro próximo.

En línea con el rumbo agroindustrial del gobierno nacional, ¿cuál es el rol que debería desempeñar el INTA?

Es un pedido puntual de nuestro ministro: el INTA tiene la enorme ventaja de la territorialidad y él lo mira y lo plantea desde el rol que tiene en generar y en potenciar las actividades que realizamos para la mejora de toda la agroindustria, no sólo del sector agropecuario. La enorme ventaja es que el INTA tiene una potencialidad en todo el abanico, desde la investigación hasta la extensión pasando por todos los procesos duros y poder aplicarlos en una mejora y en un último proceso que es generar trabajo digno en la Argentina.

¿El INTA está desarrollando eficazmente esta función o requiere de algunos ajustes?

Lo que hay que hacer es enfocar al INTA en esta función. Hay una línea de trabajo y me parece que nos ayuda a priorizar, sobre todo con recursos muchas veces escasos. Tenemos que ver realmente cada decisión que tomemos qué impacto tiene sobre el país y qué impacto tiene en esa agroindustria y en ese territorio y de acuerdo a eso priorizarlos. No creo que estemos muy desenfocados. Son algunos ajustes sobre todo en cómo priorizamos algunos recursos y algunas actividades y qué rumbo le damos a determinadas investigaciones.