Mercosur-UE: la mirada puesta en el calendario
Si bien durante los meses de enero y febrero se desarrollaron una serie de reuniones que sirvieron para acercar posiciones no se logró aún el objetivo de firmar el Acuerdo entre el Mercosur y la UE.
Nueva meta: en noviembre, cuando Buenos Aires sea sede de la cumbre del G-20, pueda hacerse el anuncio del Acuerdo.
Uno de los principales frenos sigue siendo la oposición europea a una apertura de los mercados agrícolas y de alimentos con valor agregado, donde Francia, Polonia e Irlanda son los principales referentes contra las negociaciones. En este sentido, la última oferta de la UE fue elevar de 70.000 a 99.000 toneladas la carne bovina que podría ingresar al bloque.
Otro aspecto que se destaca es el relativo a reglas de origen. El Mercosur busca impedir que ciertos insumos o productos importados sean nacionalizados y se vendan como un producto europeo. También hay preocupación en general sobre las importaciones, para lo cual se ha propuesto una “cláusula de salvaguarda”, que los países de manera individual podrán aplicar para suspender las importaciones de determinados productos, cuando se compruebe que por una cuestión de precios y valores de ingreso están produciendo un daño inmediato e irreversible a los productores locales.
Un reclamo europeo de larga data es el de las Denominaciones de Origen (DO) e Indicaciones Geográficas (IG). Según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), una indicación geográfica es un signo utilizado para productos que tienen un origen geográfico concreto y cuyas cualidades, reputación y características se deben esencialmente a su lugar de origen. Por lo general, la indicación geográfica consiste en el nombre del lugar de origen de los productos.