Crece la producción de vinos argentinos "en armonía con la naturaleza"

El uso de la vitivinicultura biodinámica, que integra la utilización de preparados vegetales y minerales, aumenta en la región.

03deAbrilde2018a las09:11

La vitivinicultura biodinámica crece en la Argentina, aunque aún de forma incipiente, de la mano de productores comprometidos en producir vino en armonía con el medio ambiente y respetando a los seres que lo habitan.

Además de la utilización de técnicas de cultivo orgánico, la biodinámica incorpora el uso de preparados vegetales y minerales, así como un calendario de labores basado en el movimiento de los astros.

En la elaboración de esta clase de vinos, se tiene en cuenta desde el cuidado estricto del ambiente hasta toda una filosofía que considera a la tierra como "un organismo vivo que dialoga con el universo".

Desarrollada por Rudolf Stenier en 1924, la agricultura biodinámica respeta la naturaleza y los seres que en ella habitan. 

A las prácticas orgánicas (sin agregado de fertilizantes químicos ni tratamientos con pesticidas), se suma la aplicación de preparados naturales (componentes vegetales, animales y minerales y compost) producidos en la finca hasta la vinificación.

Uno de los pioneros de la viticultura biodinámica en la Argentina es Mario Toso, quien hoy -junto al enólogo chileno Álvaro Espinoza- produce vinos con certificación Demeter en la bodega Luna Austral, en La Consulta, Valle de Uco, Mendoza.

Perteneciente a una de las más tradicionales y reconocidas familias de la vitivinicultura argentina, Toso introdujo las prácticas biodinámicas en la viticultura de Mendoza, lideró varios proyectos y emprendimientos de alta gama.