El ajo argentino, el más demandado a nivel mundial

Las provincias de Mendoza y San Juan logran una alta calidad de la hortaliza que posiciona al país como el tercer ajo-exportador.

|
19deAbrilde2018a las08:15

“Ajo crudo y vino puro pasan el puerto seguro”, “siembra buen ajo y tendrá buen tallo”, son algunos de los dichos populares que hacen referencia a una hortaliza que pocos quieren manipular, que prefieren no masticar, que es sinónimo de mal aliento, pero que ahuyenta las malas ondas y que la variedad de ajo blanco europeo se produce con alta calidad, exclusivamente en tierras mendocinas, siendo un producto muy demandado en todo el mundo.

Al respecto, el gerente de la Asociación de Productores, Empacadores y Exportadores de Ajos, Cebollas y Afines de Mendoza (Asocamen), Guillermo San Martín relató : “Argentina tiene condiciones estacionales para producir ajo, desde el norte de nuestro país hasta el sur en la zona de Neuquén y Río Negro, sobretodo las mejores condiciones se dan en la región cuyana de San Juan y Mendoza, porque el ajo es una hortaliza que necesita inviernos fuertes, marcados, y cierta cantidad de horas de frío. Es un cultivo que naturalmente no se produce en zonas tropicales ni templadas”.

Con acento cuyano el productor enumeró sobre los requerimientos climáticos y ambientales excepcionales que presenta la región para producir ajo de alta calidad: “Al producirse en zonas desérticas hay amplitud térmica entre el día y la noche, las condiciones del suelo, la calidad del agua de riego, la altura que supera los mil metros sobre el nivel del mar son las condiciones ambientales. Además, en el sur del país hay mucha agua, que sería óptimo frente a producir ajo en Mendoza ya que el agua escasea y se necesita agua de riego. No podemos desaprovechar las condiciones de la región para producir ajo porque tenemos mucho conocimiento para producirlo”.

El referente declaró que en Mendoza hay 1500 productores de ajo, el 75 por ciento de ellos son pequeños y medianos con menos de 15 hectáreas cada uno. Es una actividad que puede ser agricultura familiar y sino las labores generales las pueden cubrir hasta productores grandes que hacen más de 15 hectáreas. Hay productores que están muy avanzados en tecnología con alta mecanización y alto rendimiento hasta productores muy básicos.. Es un mercado muy heterogéneo pero a la vez muy competitivo.

Según destacó Guillermo San Martín, la fortaleza de Mendoza y San Juan es que el productor conoce cómo producir ajo con calidad, gracias al trabajo del INTA “tenemos los mejores técnicos, ingenieros agrónomos e investigadores en el hemisferio sur, hay que valorarlos. Hay un sector ajero, con un prototipo de productor muy aguerrido. Estamos tratando que el gobierno reconozca esa disyuntiva propia respecto a otra actividad y que tengamos un marco normativo propio”.

En contraparte a eso remarcó “el marco normativo, jurídico-laboral y el impositivo no acompañan a la naturaleza de este tipo de producciones que son capital y mano de obra intensiva. Uno necesita gran cantidad de dinero para hacer una hectárea de ajo, mucha más que para una hectárea de soja.

En comparación con el proceso de laboreo del cereal, San Martín ejemplificó: “Con cinco personas hacés una hectárea de soja, pero para hacer una hectárea de ajo son necesarios 120 jornales, sin tener en cuenta el empaque de la hortaliza. Un productor ajero tiene que pagar las mismas contribuciones patronales que cualquier actividad de la pampa húmeda cuando es una actividad que genera mucho empleo”.