Impuestos, burocracia, transporte, salarios: radiografía del costo argentino
Es el mayor lastre que soporta la economía e impacta en todas las áreas. La Carga se vuelve aún más pesada en tiempos de recesión.
Altos impuestos, elevados costos de transporte y logística, algunos de los problemas estructurales.
La presión tributaria, la logística, el financiamiento –un problema que no es nuevo, aunque se haya exacerbado en los últimos meses por las altas tasas de interés– y las cargas laborales dan forma a un monstruo de cuatro caras que desequilibra las cuentas de las empresas. En mayor o menor medida, el costo argentino afecta a todos los sectores, desde los más competitivos a los menos. Y la cuerda se corta siempre por lo más delgado.
“La economía argentina tiene un problema de largo plazo en materia de competitividad estructural y en algunos períodos agregó también problemas de competitividad cambiaria. Los problemas estructurales son conocidos: altos impuestos, elevados costos de transporte y logística, costos laborales, excesiva burocracia, instituciones políticas y económicas de baja calidad”, resume Marcelo Capello, presidente del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de la Fundación Mediterránea.
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“Una PyME hoy puede manejar un tercio del precio de un producto. Un 40 por ciento son impuestos y después el otro 30 por ciento son logística, costos financieros, alquileres, entre otros. El rango de maniobra para ser más eficiente es limitado”, aporta desde su lugar Pedro Cascales, secretario de Industria de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
Costo laboral
En materia de costo laboral, la consultora Abeceb posee un indicador propio. En 2017, entre 25 países seleccionados, la Argentina se destacaba por ser el país con el costo laboral unitario –cuánto cuesta un empleado en función de la productividad– en dólares más alto.
“Después de la devaluación mejoró seis puestos”, explica Alberto Schuster, director de la Unidad de Competitividad de la consultora y agrega que la mejora fue de un 30 por ciento en dólares, aunque no queda claro, aún, cuál será el efecto final.
“El salario se corrige con la inflación y eso es parte de lo que explica por qué las devaluaciones en la Argentina terminan teniendo poca efectividad para alcanzar competitividad porque, al cabo de un tiempo, el costo vuelve a corregir”, detalla José María Segura, economista Jefe de PwC.
Para ejemplificar el efecto, Segura vuelve atrás en el tiempo y compara la corrección del salario argentino en dólares con la realizada en otros países de la región. “Había salarios en torno a los US$ 1000 y cayeron a un promedio de US$ 600 en Brasil y US$ 700 en Perú y Chile. En la Argentina aún están por encima de los US$ 1000 y hay un desacoplamiento de lo que pasa entre la devaluación y los sueldos”, diagnostica.
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Logística
El costo laboral influye directamente en otro de los componentes del yunque: la logística. Según el indicador de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac), el salario representa alrededor del 30 por ciento del costo de un flete.