Tristeza bovina: avanzan en el desarrollo de una nueva vacuna
El INTA trabaja en una formulación contra la enfermedad que brinda protección a los rodeos ganaderos del NEA. La nueva inmunización apunta a controlar un problema sanitario que genera pérdidas económicas.
Distribuidas en las regiones tropicales y subtropicales de todo el mundo, las garrapatas generan problemas sanitarios y pueden provocar pérdidas económicas. De hecho, además de anemia en casos extremos, abortos, pérdida de peso y daños en el cuero y heridas que pueden dar lugar a miasis, estos vectores pueden transmitir enfermedades causadas por microorganismos que circulan en la sangre de los animales: la anaplasmosis y la babesiosis, ambas enfermedades conocidas comúnmente como tristeza bovina.
Para fortalecer la protección de los rodeos ganaderos del NEA, las investigadoras Mónica Jacobsen –del Instituto de Patobiología Veterinaria, INTA-CONICET– y Silvina Wilkowsky –del Instituto de Agrobiotecnología y Biología Molecular, INTA-CONICET– trabajan en distintos abordajes para el desarrollo vacunas recombinantes para la babesiosis bovina.
“Nuestra investigación se basa en la obtención de un producto que no esté apoyado en microorganismos vivos, sino en algún componente celular que, al inocularlo en los bovinos, provea la protección suficiente para que el animal no presente signos clínicos frente a la picadura de una garrapata infectada”, explicó Jacobsen.
La tristeza bovina es una enfermedad que causa una merma en la productividad de los bovinos, afecta la longevidad y la reproducción y puede ser letal cuando se trata de cuadros severos. “Los signos clínicos de un animal infectado son inapetencia, elevada temperatura corporal, rápida caída de la producción láctea en vacas, anemia y debilidad, ictericia, deshidratación y abortos”, describió Jacobsen.