Los maíces modernos respiran menos, y eso es una ventaja

Con mejoras genéticas, el cultivo registró cambios que le permitieron aumentar sus rendimientos.

03deJuniode2019a las15:00

En las últimas décadas, el cultivo de maíz registró una importante ganancia en sus rendimientos debido, en parte, a la posibilidad de aumentar las densidades de siembra (cantidad de plantas implantadas por hectárea). Un equipo de investigadores de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) realizó un análisis retrospectivo para identificar las causas fisiológicas que habrían favorecido este incremento, cuyos resultados podrían ayudar a mejorar el desarrollo de nuevos materiales a futuro.

“Los análisis retrospectivos nos permiten detenernos y mirar hacia atrás a los materiales que fueron seleccionados por los programas de mejoramiento para lograr mayores rendimientos y tratar de comprender cuáles son las causas fisiológicas que hacen que los cultivos rindan cada vez más”, explicó Juan Ignacio Cagnola, docente de la cátedra de Fisiología Vegetal de la FAUBA, al sitio de divulgación científica Sobre la Tierra. “La identificación de los mecanismos es un punto de partida para continuar mejorando”, agregó.

Cagnola investigó durante los últimos tres años los cambios fisiológicos que habrían permitido este logro como parte de sus estudios de posdoctorado, dirigidos por Jorge Casal, profesor titular de la cátedra de Fisiología Vegetal e investigador del Instituto de Investigaciones Fisiológicas y Ecológicas vinculadas a la Agricultura (IFEVA, UBA-Conicet.) También participó el grupo de Ecofisiología de Cultivos de la FAUBA, coordinado por Gustavo Maddonni, y los profesores Antonio Hall y Edmundo Ploschuk.

“Sabemos que los maíces pueden aumentar su rendimiento porque, entre otros factores, hoy poseen una mayor tolerancia a la densidad de siembra”, afirmó y señaló que, por ejemplo, en las últimas décadas los productores agrícolas del cinturón maicero de Estados Unidos lograron duplicar sus rindes por hectárea, al tiempo que aumentaron 60% la densidad de siembra. En concreto, pasaron de sembrar 50.000 plantas/ha y producir 4.75 t/ha en 1970, a sembrar 80.000 plantas/ha y producir 9.5 t/ha en 2011.