Paro de 24 horas en la industria láctea: qué dicen los protagonistas del conflicto
El gremio detiene el funcionamiento de un rubro esencial que trabaja con una materia prima perecedera. Se arriesga la leche en los tambos y la provisión de lácteos frescos.
Hacía varias semanas que se sabía que el malestar dentro de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (ATILRA) crecía, intentando generar un nuevo acuerdo paritario, que no tuvo ningún diálogo concreto al respecto. Y desde el gremio confirmaron un paro por 24 horas este lunes.
La última firma había sido a mediados de diciembre con un 57,5 por ciento de suba más un cúmulo de bonos que vencieron en abril.
Ahora, la pandemia genera un contexto complejo que afectó al mercado, la producción y las ventas de leche. Sin embargo, el miércoles pasado se lanzó una medida de fuerza repentina que generó demoras en la cadena láctea.
El jueves cuando el presidente de la Nación, Alberto Fernández, decía: "Valoro mucho lo que han hecho los hombres del sindicalismo, por sobrellevar este presente", en la industria láctea se iniciaba una medida que se prolongó hasta este domingo a la noche en la que se trabajó “exclusivamente la jornada semanal”, “absteniéndose de trabajar días franco” y “horas extra”.
Por la medida de fuerza se produjeron atrasos en la descarga de materia prima, cierre de algunas líneas de producción, cierre de algunas plantas en algunas jornadas e incluso la demora en la provisión de lácteos en muchos supermercados e hipermercados. Para la mayoría de las empresas la situación se complicó y se sumó un fin de semana largo.
Cuando no se terminaba el reclamo, se fue corriendo la voz en las empresas que el Consejo Directivo Nacional de Atilra había decidido avanzar con un paro por 24 horas, desde la hora 0 del lunes, hasta el final de la jornada.
Horas después se emitió un comunicado con duros términos hacia las cámaras empresariales, pero con una intención de acercamiento, para que no haya descuentos en los salarios por la jornada no trabajada y para evitar la consecuencia sabida de ver imágenes de leche derramada en los tambos por la falta de recolección, que ya tiene atrasos desde el jueves.