Buscan producir bioetanol a partir de residuos de maíz y sorgo
Investigadores de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora analizaron la factibilidad de la producción de bioetanol lignocelulósico, una variedad obtenida a través de la fermentación del rastrojo de maíz y sorgo.
A través de modelos estadísticos, matemáticos y de ingeniería, investigadores de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora determinaron que la localidad de Unión, en la provincia de Córdoba, resulta el lugar más propicio para instalar una planta de producción de bioetanol de segunda generación.
El proyecto, encabezado por el ingeniero Luis Orlandi, analiza diferentes dimensiones de la factibilidad de la producción de bioetanol lignocelulósico, una variedad obtenida a través de la fermentación del rastrojo de maíz y sorgo.
“Primero medimos la factibilidad económica de la obtención del bioetanol lignocelulósico a través de un modelo matemático”, explica Orlandi a la agencia Argentina Investiga, investigador de la Facultad de Ingeniería de la UNLZ, y continúa: “A partir de ahí, una segunda etapa tiene que ver con determinar la magnitud apropiada de la planta industrial, y la última parte, con su ubicación”.
El bioetanol es un sustituto de los combustibles convencionales, que se obtiene a través de la fermentación alcohólica de distintos productos. Están aquellos que utilizan como materia prima cultivos alimenticios como el maíz, el trigo, el sorgo, la caña de azúcar o la cebada, a los cuales se los denomina de primera generación, y los que se obtienen a partir de residuos forestales o residuos de procesos agroindustriales, llamados de segunda generación.
En la Argentina, existen empresas que producen bioetanol a base de caña de azúcar, la mayoría ubicadas en Salta, Jujuy y Tucumán, mientras que otras, emplazadas en Córdoba, San Luis y Santa Fe, lo obtienen del maíz.