Rosario: con qué sueña la mujer que presidirá la Rural local por primera vez en 126 años
Soledad Aramendi nació y se crió en Villa Cañás, Santa Fe, y se hizo cargo del campo familiar a los 20 años; "Necesitamos salir tranqueras afueras, defender el sector en el mejor sentido", considera
|Soledad Aramendi (43) es productora agropecuaria, arquitecta de profesión y esta semana se convirtió en la primera mujer en presidir la Sociedad Rural de Rosario (SRR) en los 126 años de historia que tiene la institución. Desde su lugar, dice, piensa trabajar para mejorar la comunicación del campo con la sociedad a partir de una participación activa con el sector agropecuario. Además de sus tareas en el día a día del campo, representa a Carsfe en el Ente Administrador Puerto Rosario (Enapro) y sueña con un proyecto de ganadería.
Quién es Soledad Aramendi
“Soy hija única. Elegí la actividad por una cuestión familiar cuando me hice cargo del campo, pero también por el sector y la gente; quería seguir en el ámbito. Me gusta”, sostiene la productora cuya familia es de origen vasco y se dedicó toda la vida a la actividad agropecuaria. Por eso, y pese a tener una carrera distinta a la agricultura, todo le sale de manera “natural”. “Durante la crisis del 2000 me encargué del campo, cuando las inundaciones llegaron a la zona de la provincia de Santa Fe. Había problemas y cuando se trata de lo que te da de comer, a lo mejor, pensás que podes llegar a perderlo. Entonces me dediqué a salvarlo”, afirma. Hoy, después de 20 años de haber encauzado el legado familiar, la producción se convirtió en su estilo de vida y se involucró de lleno en el sector, a tal punto de ser hoy la máxima autoridad de la Rural local.
La productora nació y se crió en Villa Cañás, en el partido de General López, de Santa Fe. En esa zona produce maíz, trigo y soja y quiere destinar parte de los campos a su gran “pasión”: la ganadería, pese a los altibajos económicos del país y la situación hídrica que afecta cada tanto a la zona núcleo. Entre decenas de sueños y proyectos que tiene por delante, rescata su deseo por explotar la ganadería en el campo familiar con agua natural, que lo convierte en el motivo para apostar a esta actividad. “No lo hice porque se me cayó el alambrado en una época en la que hubo problemas económicos, pero veré cómo hacer el negocio”, añade. La otra opción es ofrecer el campo como hotelería para que otros productores pongan hacienda en la propiedad.
Soledad también es arquitecta de profesión y encuentra en el campo una relación cercana con la carrera que abrazó allá por 2008 cuando trabajó en el proyecto de urbanización mientras terminaba de cursar. “Trabajé en constructoras vinculadas con la proyección de barrios de Tierra de Sueños, en las afueras de la ciudad, que tienen un sistema constructivo en seco. Pero hubo cuestiones de la vida, personales, que tuve que priorizar. Terminé eligiendo el campo”, explica y agrega que la arquitectura “es una hermosa carrera” que la ha ayudado en la planificación y a ver los problemas de la región desde una manera macro.