Lipsa, un gigante silencioso en la conquista del NEA: padre e hijo quieren producir en 150 mil hectáreas
Daniel y Cristian Moudjoukian siembran 80.000 hectáreas y cosechan 450.000 toneladas de maíz y soja; la emisión de una ON por US$ 15,6 millones y nuevos planes de expansión
La familia Moudjoukian profesa el mismo bajo perfil que caracteriza a gran parte del empresariado argentino, a tal punto que no participó de la lista de los 15 mayores grupos de siembra del país que publicó Agrofy News el año pasado, a pesar de superar holgadamente el monto mínimo para integrarla.
Oriundos de Córdoba, pero radicados en la provincia Chaco, tanto Daniel Moudjoukian como su hijo, Cristian, supieron mantenerse bajo el radar al mismo tiempo que incrementaban las hectáreas bajo sus dominios. Solo en la última década, Lipsa, la firma creada para hacer pie en el negocio agropecuario, múltiplicó por 30 el área de siembra hasta superar las 80.000 hectáreas entre las provincias de Chaco y Santiago del Estero. A su vez, al igual que otros protagonistas del sector, como Cresud y MSU, acaba de recurrir por tercera vez al mercado de capitales para consolidar su expansión con la emisión de una Obligación Negociable por US$ 15,6 millones.
“Somos primera generación de agricultores”, resalta Cristian Moudjoukian, gerente general de este jugador que, solo el año pasado, invirtió US$ 80 millones. A su vez, espera cosechar 450.000 toneladas de granos en la campaña en curso de la mano de más de 50 colaboradores, alrededor de 100 contratistas y clientes de la talla de Aceitera General Deheza y la Asociación de Cooperativas Argentinas.
“Estamos en una zona de transición entre NEA y NOA, en un área donde las precipitaciones oscilan entre los 500 y 900 mm bastante concretradas durante el verano. Sin embargo, cuando uno aprende a manejar esa disparaidad logra alcanzar los objetivos incrementando pisos y techos productivos tanto en soja como maíz”, asegura el empresario y agrega: “el pilar fundamental tanto en esta región, como en el resto del país, es el manejo de la rotación, las malezas y la fertilización por ambientes siempre adaptados a la zona”.
Una apuesta ambiciosa
La familia tenía un campo agrícola pequeño en Chaco que se vendió para contar con el capital inicial necesario para ganar escala sobre suelos arrendados. “Conocía la zona y vi el potencial que había”, resume en dos razones la jugada el empresario que, en la primera campaña (2010/11) sembró 2565 hectáreas.
“Los campos en el NEA tienen mucho potencial, pero en aquel momento había que ajustar el paquete tecnológico y la aplicación de los insumos. A su vez, eran años donde la protagonista absoluta era la soja y mi premisa desde el principio consistió en realizar una agricultura sustentable respetando una rotación maíz-soja cercana al 50%”, repasan desde Lipsa esos años en los cuales salieron a conquistar un terreno dominado por colosos, como MSU, Liag y El Tejar.