Unión y cambio de paradigma: las raíces de la cooperativa de mujeres originarias más grande del país
Para la Cooperativa de Mujeres Artesanas del Gran Chaco (Comar), estar organizadas fue clave para hacerse escuchar y elevar la voz de sus comunidades
“Gracias a las artesanías hoy estamos acá. Nuestro trabajo nace con las artesanías, pero es a través de ellas que conseguimos lo que necesitamos para las mujeres”, explica Jésica Sosa, de origen pilagá, quien representa a otras 160. Viajó a la edición 2022 de Expoagro con algunas integrantes de la Cooperativa de Mujeres Artesanas del Gran Chaco (Comar). También con otras 2600, que a través de 15 asociaciones constituyen la organización más grande del país.
Todo comenzó hace más de 20 años, cuando Fabiana Mena, presidenta de la Fundación Gran Chaco, viajó a esa región y empezó a trabajar con mujeres de la comunidad wichi. Luego de mucho esfuerzo y capacitaciones, pasaron de cumplir con quehaceres domésticos a comercializar su trabajo a través de las artesanías. “Las indígenas nunca nos juntamos, pero una vez que llegó Fabiana nos empezamos a organizar”, comenta al respecto Norma Rodríguez, de origen wichi y presidenta de Comar.
“Estamos muy agradecidas a la Fundación Gran Chaco, porque fueron a nuestra comunidad en un momento muy difícil e hicieron una primera capacitación en el tema de artesanías”, señala Jésica. Y continúa: “Hace ocho años, ninguna mujer participaba de encuentros. Los dirigentes hacían las reuniones dentro de la comunidad y no éramos invitadas. Nos costó mucho organizarnos, pero acá estamos”.