Crisis en empresas de familia del sector agropecuario: los consejos de una experta para resolver conflictos
Natalia Bernardoni lidera el Centro de Resolución de Conflictos de la consultora aqnitio; cómo prevenir, resolver o contener situaciones que pueden poner en riesgo la continuidad de la empresa y las relaciones entre los miembros de la familia
Empresas de familias agropecuarias: “El mayor riesgo es repetir los errores generación tras generación o incluso la disolución”, afirma Natalia Bernardoni
“Mi hermano gana lo mismo y no trabaja”; “Papá no delega y ya no tengo ganas de seguir en la empresa”; “No me gusta el rumbo que está tomando la compañía, pero si lo digo seguro termina mal”. Expresiones como esas y muchas otras se repiten muy a menudo en las empresas de familia donde el silencio suele ser el combustible para una crisis explosiva que detona los cimientos de la organización. Las empresas de familia agropecuarias, cualquiera sea su escala, no son ajenas a esa amenaza.
Para atender estas situaciones, Natalia Bernardoni y los socios de la consultora aqnitio, Javier Dulom y Diego Slobodianinck, ambos relacionados al sector como asesores de equipos CREA, lanzaron el Centro de Resolución de Conflictos para Empresas Agropecuarias.
“Trabajo en resolución de conflictos desde hace 20 años y notamos que había un nicho en las empresas de familia del sector agropecuario debido a que ese espacio para resolver los conflictos no estaba”, sostiene Bernardoni, nacida en Curuzú Cuatía, Corrientes, en diálogo con Agrofy News.
En la Argentina, según el último Censo Agropecuario 2018, son alrededor de 250 mil las parcelas productivas y se estima en al menos 100 mil el número de empresas agropecuarias, donde la inmensa mayoría son familiares. “Era muy necesario crear este Centro porque el conflicto muchas veces se transita en soledad y traba la toma de decisiones”, agrega la especialista con un máster en la materia de la Universitat de Barcelona. “Los costos medidos en tiempo oscilan entre el 30 y 50% de la capacidad laboral y no siempre son técnicos, sino que los conflictos se dan en relación con los empleados y los socios. Muchas conversaciones no son productivas. Esos costos pueden impedir el desarrollo de la empresa agropecuaria debido a que limita la toma de decisiones y eso influye en la calidad de las mismas. En resumen, aleja de la toma de decisiones al personal calificado. Todo esto baja la productividad, afecta la calidad de vida de los que participan e incluso ese malestar se traslada a los asados de los domingos”, explica Bernardoni los efectos de un conflicto no resuelto.
Empresa agropecuaria: las claves para la resolución de conflictos
¿Cuáles son los riesgos de no atender los conflictos de forma apropiada?
Natalia Bernardoni: Los conflictos profundos en las empresas de familia pueden llevarla a la disolución o, de mínima, de no antenderlos a tiempo, corren el riesgo de repetirlo generación tras generación. De hecho, hay empresas donde el abuelo murió hace más de 40 años, pero esta más presente que nunca. A su vez, hay que contemplar que los acuerdos que hagamos ahora estarán en el futuro para evitar que se repitan los mismos conflictos.