La conmovedora historia de Magda: de periodista a enfermera por su padre, se hizo cargo del campo a la fuerza, fue bombera y terminó en Australia
Enfrentó múltiples desafíos, pero siempre sonriente: “De la comunicación pasé la Enfermería y entre medio estudié Bombero", cuenta a Expoagro
La vida de Magda Lühning es de lo más versátil y conmovedor que vas a conocer hoy. Viajaba por el mundo, su padre enfermó y no solo decidió quedarse con él, sino que además estudió Enfermería para cuidarlo, al tiempo que, junto a su madre y su hermana resolvían cómo continuar la cosecha que su padre había dejado a medio camino. Conocé su increíble vida en esta nota de Antonela Schiantarelli.
Expoagro comparte la historia que recostruyó luego de una charla virtual a las 8 am de Argentina, 21 hs. de Australia. Porque Magda, de 33 años, trabaja actualmente en un campo de algodón en ese país. Luego de 12 intensas horas nocturnas de labor arriba de un tractor, estaba sonriente y lista para la nota que estábamos por hacer. Su vida, como la de tantos otros que no conocemos, es una vida de búsqueda constante y de saber vivir 100% en el presente.
La historia de Magda Lühning
Magda nació en General Cabrera, Córdoba. Hija mayor de un matrimonio consolidado, su madre maestra, su padre dueño de un campo agrícola y su hermana, apenas unos meses más chica, finalizando sus estudios como Ingeniera Agrónoma, se decidió a seguir la carrera de Ciencias de la Comunicación.
Hasta ahí, la vida de una recién egresada de la facultad que comenzaba a realizar prácticas profesionales, en este caso, en el Canal 13 de Río Cuarto. Hasta que decidió emprender su primer viaje: “Me sentí muy presionada con lo que es el medio y decidí dejar todo y me fui a Estados Unidos dos años. Mi abuela me cuestionaba: ‘¿cómo te vas a ir a trabajar de niñera dejando todo?’. Terminé ese trabajo, viajé como mochilera cuatro meses y luego volví al país, pero con muchas ambiciones de seguir viajando, aprendiendo idiomas y culturas”, contó a Expoagro en una entrevista de Antonela Schiantarelli.
Magda regresó decidida a irse nuevamente, ya tenía pasaje a República Dominicana para hacer un voluntariado allí, pero el destino se impuso y hubo cambio de planes. El padre enfermó de cáncer y la evolución desfavorable fue muy rápida, en tan solo algunos meses. “Todos mis sueños se truncaron, fue un baldazo de agua fría. Un mes antes de irme tuve que decir, ‘no, esto yo no lo puedo hacer, me tengo que quedar’. Y estuve mucho tiempo al lado de mi papá, cuidándolo en todas las cirugías que tuvo, las internaciones, los rayos y la quimio. Ahí empecé a palpar muy de cerca lo que era la enfermería y dije ‘necesito tener las herramientas para intervenir más puntualmente en una infección, una vacuna, una punción o una canalización’ y pensé ¿por qué no aprovechar este tiempo y estudiar Enfermería?”, explica Magda.
La empatía por el dolor ajeno como motor de cambio: “Fue un proceso muy difícil, porque fueron muchas cirugías, ir y estar mucho tiempo en una clínica y a mí me daba mucha, mucha impotencia no poder estar haciendo lo que la enfermera le hacía a mi papá”, explica y agrega: “Me pasó muchas veces de que el respirador no funcionara y él tenía una insuficiencia respiratoria y yo quería asistirlo”.