Con agricultura, tambo y quesos, la garra charrúa de una familia que ya trabaja con 2500 hectáreas y 800 vacas holando: cuál es la clave del éxito
Los Wiebe son uruguayos y tienen la pasión irrenunciable por la producción, esa que se hereda y se potencia; el camino de tres generaciones que aprendieron a mirar para adelante
Gerhard Wiebe es descendiente de alemanes. Heredó la pasión por producir de sus padres y ya se la ha legado a sus hijos. En el departamento uruguayo de San José, la familia tiene 2.500 hectáreas en las que hace agricultura y trabaja un tambo de 800 vacas de la raza Holando.
Ellos mismos producen el alimento para sostener dos ordeñes diarios que aportan 32 litros de leche por vaca. Para eso cuentan con una picadora JAGUAR 950. Pero la cosa no queda ahí. También elaboran quesos artesanales que comercializan en distintos puntos de Uruguay. ¿La especialidad? “El parmesano”, cita el productor.
Historias de familia: la garra charrúa se potencia con CLAAS
La historia de los Wiebe comenzó en 1955, cuando los padres de Gerhard compraron un campo de 30 hectáreas para hacer lechería en la colonia alemana “Delta”. Tras el fallecimiento de su padre, y cuando todavía estaban en la escuela, Gerhard y sus hermanas debieron hacerse cargo de las tareas de la empresa. En 1985 se casó con Christine y compraron un campo en el kilómetro 96 de la Ruta 1, un lugar estratégico por tratarse de una de las principales rutas del país.
Hace cinco años, y ya con la intervención plena de Mónica y Matías -hijos de la pareja- la familia decidió ir por más agregando valor a la producción con la elaboración de quesos. La fábrica está diseñada para procesar 20.000 litros de leche por día que se convierten en variedades de colonia, dambo, parmesano, llanero, ricota y parrillero, que se venden con marca propia en distintos puntos del país.