Arrancó a cosechar a caballo, casi se intoxica con polvillo y a los 94 años volvió al campo: la reacción al usar una maquinaria de última tecnología
El ingeniero agrónomo Aldo Rudi volvió al campo para subirse a una cosechadora de última generación y revivir, con emoción y asombro; de los caballos al GPS, de los 18 a los 13.000 kilos por hectárea

En el paraje La Aguada, cerca de Río Cuarto, Córdoba, una tarde de otoño se convirtió en un viaje al pasado y al futuro del agro argentino. A bordo de una cosechadora de última generación, el ingeniero agrónomo Aldo Rudi, de 94 años, se reencontró con el maíz, el cultivo que acompañó toda su vida. Lo hizo con ojos de asombro, como un chico con juguete nuevo, pero también con la lucidez de quien tiene más de siete décadas dedicadas a pensar, innovar y defender la agricultura.
Durante la visita, organizada por el ingeniero Francisco “Pancho” Demarchi, surgieron recuerdos que revelan cómo se forjó el vínculo de Rudi con el campo. Según relató en diálogo con Valor Agregado, su historia con la agricultura empezó cuando tenía apenas 12 años. “Mi papá, que era médico, me mandó a una chacra en plena epidemia de tifus. A las cuatro y media de la mañana me despertaron para atar los caballos. Había que empezar con la espigadora, apenas saliera el sol. Cosechábamos en carro”, recordó. Ese mismo campo, que entonces daba 18 quintales de maíz, hoy rinde más de 80. “A mí me la van a contar que la agricultura no es sustentable”, sentenció.