Las inversiones intelectuales van a prevalecer en el campo del siglo XXI
En el campo, sin embargo, siguen firmes las ideas del pasado, que danprioridad a la posesión de factores materiales, generando empresas fijadas enlos objetos (tierra, equipos, producción) más que en los activos intangibles.
La realidad es que para la empresa del campo ya no es imprescindible, comoantes, inmovilizar capital en los factores físicos de la producción. Cada vezhace menos falta ser propietario del suelo o abocarse directamente a la producciónde bienes: la tierra se puede alquilar, y la producción, contratar. Lo que nose puede tercerizar son los factores intelectuales que hacen al éxito de cadaempresa: la definición certera del negocio, la elección de la escala, el diseñode la empresa, la capacidad de ejecución, la calidad de la organización humanay su capacidad de aprendizaje, entre otros. Estos intangibles generan ventajascompetitivas duraderas, que no están al alcance de todos ni son copiables, puesprovienen de la capitalización de ideas propias.
Las ideas delayer El campo no es un negocio sino un estilo de vida. La empresa agropecuaria típica es un negocio de commodities; por ello,tiende a la baja rentabilidad. Esta tendencia se corrige por el aumento de laescala, diluyendo los costos fijos en un volumen mayor de operaciones. Losestilos de vida van en sentido contrario, pues acarrean costos improductivoscada vez más difíciles de absorber, debido al alza de los impuestos, lossalarios y los gastos de mantenimiento. Las empresas de estilo de vida, como la estancia tradicional o el modernocampo "hobby", están estructuradas para gastar dinero antes deganarlo, porque priorizan el despliegue de recursos por sobre la rentabilidadempresaria. Cuando las empresas de campo no son negocio, deben ser subsidiadasdesde afuera. Para que el campo sea negocio, hay que empezar por entender qué es unnegocio. El campo es una caja de ahorro.
Veamos algunosconceptos que son moneda corriente en el ámbito agropecuario: