Difícil desafío para el gobierno: terminar con la incertidumbre
Hasta fines de 1998, el riesgo soberano argentino era similar al mexicano (elcosto de la deuda pública era 4 puntos superior al de Estados Unidos). Eran doseconomías sólidas que, con dificultades, podían aspirar a una graduación endos o tres años si superaban exitosamente las transiciones políticas quevenían. Pero 1999 fue un punto de inflexión entre ambas, en gran parte porimpactos internacionales muy distintos. México se benefició del crecimiento deEE.UU. y del aumento del precio del petróleo y siguió creciendo. La Argentinasufrió la devaluación de Brasil, la caída de los precios agrícolas ytambién la segunda gran contracción en cinco años.
Este 2000 está agrandando las diferencias y percepciones sobre ambaseconomías. México está en un círculo virtuoso, crece otro año más, elriesgo está en 3,5 puntos y hace una transición política inédita. LaArgentina no sale del círculo vicioso, en parte porque el contextointernacional relevante para nosotros no mejora. El riesgo-país sigue alto, en6 puntos y medio, y cuesta salir de la recesión.
La economía argentina está como un disco rayado. Dejó de caer pero crecemuy poco. El gobierno persevera en el ajuste fiscal pero le cuesta convencer. Elesquema elegido requiere que baje el riesgo-país para que entren capitales y laeconomía vuelva a crecer. Los inversores quieren ver primero la reactivaciónpara invertir en la Argentina y que baje el riesgo-país. ¿Quién tira laprimera piedra?