Amenaza de default con los organismos

20deSeptiembrede2002a las08:17

Las últimas declaraciones críticas contra la Argentina de la directora ejecutiva del Fondo Monetario Internacional (FMI), Anne Krueger, forzaron a una decisión del Ministerio de Economía: en principio, el próximo vencimiento de deuda con el Banco Mundial no se pagará.

Una alta fuente del Palacio de Hacienda indicó anoche a LA NACION que el Gobierno "no puede" enfrentar este vencimiento de 1050 millones de dólares que recae el 9 del mes próximo. Por esta razón, la fuente aclaró que ya se decidió "no pagar" los US$ 250 millones correspondientes a un cupón de un bono garantizado por el Banco Mundial.

"No podemos pagar este cupón cuando no estamos pagando el resto de los bonos", sentenció el funcionario que conduce las negociaciones de la Argentina. Acto seguido, la fuente aclaró que los otros US$ 800 millones que deberían abonarse en la misma fecha -o en un plazo de 30 días para no recibir penalizaciones- "no pueden afrontarse". La Argentina, explicó, ha dejado en default a un tendal de acreedores y aun así no está en condiciones de afrontar los pocos compromisos que le han quedado en pie, con los organismos multilaterales de crédito.

Luego de las últimas declaraciones de Anne Krueger -que dijo que el país será sancionado si no paga al Banco Mundial y al Banco Interamericano de Desarrollo (BID)- en el entorno del ministro Roberto Lavagna consideran que no hay margen para pagarles a estas dos entidades utilizando reservas del Banco Central. "Nos prenden fuego", dijo, con gran sinceridad. El malestar que provocaron las palabras de Krueger fue uno de los temas de la conversación que ayer mantuvieron el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, y el jefe del caso argentino, Anoop Singh. Tras comentar los detalles de la reforma financiera, Nielsen destacó el efecto negativo que generaron las declaraciones de Krueger para la estrategia moderada de Economía.

Cuerda tensa

Según el razonamiento de la conducción económica, Krueger y el secretario del Tesoro, Paul O´Neill, han tensado demasiado las cuerdas puertas adentro de la Argentina y le dejaron poco margen a Lavagna para pensar en el pago con reservas internacionales, que estaba dentro de las hipótesis del ministro.

Ante este nuevo cuadro, la conducción económica considera que, si no hay acuerdo con el Fondo, no se cumplirá con el Banco Mundial, aunque esta decisión complique el desembolso de los préstamos ya otorgados.

Aunque esta decisión pueda aparecer como una estrategia de endurecimiento para negociar mejor con el FMI, en el Palacio de Hacienda creen que Washington tiene que perder tanto como la Argentina si se cumple con esta amenaza.

"A nosotros se nos puede cortar el crédito, pero si no pagamos también será un gran ejemplo para ellos, sobre todo en un momento en el que dentro de los Estados Unidos están recibiendo duras críticas por la forma en que se endeudaron", opinó el funcionario, con una ligerísima sonrisa. De este modo, los negociadores creen que la actitud de extrema dureza del Fondo "puede ser un boomerang" que -más allá de las consecuencias económicas- provoque un importante daño político para O´Neill, Krueger y el titular del Fondo, Horst Köhler.

Estos tres funcionarios son señalados por el Palacio de Hacienda como los "artífices de la dureza", mientras que el subsecretario del Tesoro, John Taylor, estaría dispuesto a explorar el "plan B", consistente en combinar el máximo atraso "legal" posible (180 días antes de caer en cesación de pagos) con un pago parcial en reservas, siempre y cuando éstas no caigan por debajo del piso de 9000 millones de dólares. El último dato del Banco Central indica que hay 9449 millones en reservas, "y una parte de los US$ 500 millones que se ganaron en los últimos tiempos se pueden utilizar", dijo a LA NACION otro miembro del gabinete económico.

Según esta versión acuerdista , exist