Diseñan con el FMI el ajuste en la banca

02deOctubrede2002a las08:11

WASHINGTON.- El equipo de funcionarios del Ministerio de Economía y del Banco Central comenzó ayer a volcar sobre el papel las propuestas para la reestructuración bancaria, en el primer día de trabajo conjunto con técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI) para redactar la carta de intención de un posible acuerdo con asistencia de los organismos multilaterales.

LA NACION pudo saber que en la reunión de anteayer, el titular del FMI, Horst Kšhler, les transmitió al ministro de Economía, Roberto Lavagna, y al resto de la delegación argentina que si hay acuerdos básicos en lo técnico y el Gobierno obtiene compromisos de consenso doméstico, él estaría en condiciones de llevar en dos o tres semanas el programa ante el directorio para pedir su aprobación.

"Estamos avanzando, pero no hay plazo definido para concluir con el trabajo", dijo una fuente de la delegación argentina, que ayer estuvo encerrada todo el día en distintas oficinas del edificio central del Fondo, ubicado a pocas cuadras de la Casa Blanca.

El equipo argentino, liderado por el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, y por el presidente del Banco Central, Aldo Pignanelli, se quedará en Washington al menos hasta la próxima semana con el objetivo de alcanzar un entendimiento técnico, que quede reflejado en un borrador de carta de intención, que se pondrá luego a consideración de la gerencia del Fondo y del presidente Eduardo Duhalde.

Las primeras reuniones de ayer se concentraron en la reestructuración bancaria, una de las cuestiones que el Fondo considera central para un acuerdo. El punto de mayor debate es sobre el futuro de los bancos oficiales, tanto nacionales como provinciales.

El ministro de Economía, Roberto Lavagna, dijo antes de dejar Washington, anteayer, que la reestructuración en el sector privado debe ser resuelta por el mercado, sin intervención del Estado.

Por el lado del Fondo participaron en las reuniones de ayer el responsable del caso argentino, John Thornton, y el experto en bancos David Holschire. Por la Argentina asistieron Nielsen, Pignanelli, el subsecretario de Financiamiento, Leonardo Madcur; los asesores de Economía Sebastián Palia y Gabriel Rubinstein; los directores del BCRA Rafael Iniesta y Augusto Magliano; el superintendente de entidades financieras, Jorge Levy, y el subgerente de estudios económicos del BCRA, Alejandro Henke.

"Se comenzó a cumplir con la misión de diseñar un texto integral, y se está trabajando línea por línea en ese sentido", se limitó a decir una fuente argentina.

El cambio de clima en la relación con el Fondo comenzó a plasmarse durante la asamblea anual del FMI, que se desarrolló en esta ciudad, para lo cual volvió a jugar un papel central el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, coincidieron fuentes argentinas y del Fondo.

Krueger, la más dura

Una de las consecuencias de ese cambio de actitud fue el resultado de la reunión con Kšhler, en la que el titular del Fondo planteó que si hay avances concretos se podrá llegar rápidamente a un entendimiento, según dijeron a LA NACION participantes del encuentro.

Kšhler estuvo junto a la número dos del Fondo, Anne Krueger; el director para el Hemisferio Occidental, Anoop Singh, y el negociador del caso argentino, John Thornton. Con Lavagna estuvieron el titular del Banco Central, Aldo Pignanelli; el vicejefe de Gabinete, Eduardo Amadeo; el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, y el representante argentino ante el FMI, Guillermo Zocalli.

El encuentro fue muy ágil, objetivo y directo, según relató uno de los asistentes. En un momento de la reunión, Lavagna exhibió un papel y dijo que allí estaban las medidas que el Gobierno adoptará para poner en marcha el programa que se pretende acordar con el Fondo.

Mientras Kšhler escuchaba, Krueger soltó una pregunta ácida: ¿Dónde está la list