Recomiendan el ajuste por inflación
El Gobierno se encamina a aplicar el ajuste por inflación tras el dictamen de una comisión de expertos que recomendó un sistema transitorio de indexación sobre la base del índice de precios mayoristas, que provocaría una pérdida en la recaudación de unos 1000 millones de pesos.
Según fuentes del Palacio de Hacienda, para no demorar la implementación del ajuste, se podría optar por la resucitación del método suspendido a partir del comienzo del plan de convertibilidad.
El dictamen de la comisión para el análisis de un nuevo plan de ajuste integral por inflación a los fines fiscales, creada por la Secretaría de Hacienda, contiene las siguientes recomendaciones, que deberán ser estudiadas por el titular del área, Jorge Sarghini, y por el ministro Roberto Lavagna, antes de ser elevada al Congreso:
La implementación urgente para todas las determinaciones que resulten de los ejercicios cerrados a partir del 6 de enero último de un método de ajuste para permitir una medición fiscal adecuada.
La medición del ajuste por medio del índice de precios internos al por mayor (IPIM).
El empleo de los estados contables ajustados como base apropiada para la medición de los resultados del período y para efectuar sobre él los ajustes necesarios para la base de la imposición.
La posibilidad de aplicar en forma transitoria el método de ajuste impositivo que rigió hasta 1992.
La aplicación del mecanismo de diferimiento parcial de resultados positivos o negativos surgidos de la dispersión de índice, tomando en cuenta un segundo cálculo para considerar, por un lado, el efecto de renta mundial, y por el otro, para lograr una correcta medición dentro del ejercicio unificando el valor de su inicio y de su cierre.
La adopción de un mecanismo provisional de pago que, una vez que se adopte una solución definitiva, sea admitido como válido.
La revisión total de los criterios de valuación de activos y pasivos de la ley del impuesto a las ganancias.
El ajuste se realizaría según el estado del balance contable, dice el dictamen de ocho páginas que ayer llegó al despacho de Sarghini. En los considerandos se destaca que "la mejor herramienta apta para lograr el ajuste pretendido es la utilización como base de los estados contables ajustados y, como alternativa para su puesta en vigencia inmediata, el régimen vigente hasta el año 1992".
Además, se expresó que el proceso inflacionario producido desde enero impone "la necesidad de adecuar la base de medición del impuesto a las ganancias de forma tal que el tributo incida sobre manifestaciones reales de capacidad contributiva".
Este ajuste, según calificadas fuentes de Economía, le costaría al fisco "al menos 1000 millones de pesos". De todos modos, la Secretaría de Hacienda aún estudia la incidencia total de este sistema, ya que esta suma podría llegar hasta el doble en términos de pérdida de la recaudación.
Por esta razón, en esa área de Economía aclararon que "no se trata de una solución cómoda" y detallaron que el ajuste "se aplicará por un solo período", frente a los fuertes reclamos del sector empresarial. Al respecto, el asesor del ministro Lavagna en materia impositiva, Antonio Figueroa, dijo a LA NACION que "las recomendaciones se tomaron prácticamente en forma unánime entre los especialistas, luego de que algunos cedieron para alcanzar el consenso".
Figueroa anticipó que el ministro "ya está al tanto del tema" y dijo que el Gobierno "adoptará un sistema de ajuste por inflación".
Pero antes de que el dictamen llegue a manos del ministro de Economía, la Secretaría de Hacienda podría optar por agregarle al estudio técnico la posibilidad de acotar el ajuste a la base imponible, sin incluir las retenciones, saldos, anticipos ni diferimientos impositivos.
Así se reduciría la pérdida fiscal y se evitaría dar una