Lavagna viaja hoy a EE.UU. para firmar con el Fondo
Cuando minutos antes de las 22 de hoy el ministro de Economía, Roberto Lavagna, transite por la manga que lo llevará hasta su asiento en el vuelo 846 de United Airlines, no sólo será testigo del reestablecimiento de ese servicio entre Buenos Aires y Washington, sino que pondrá en marcha uno de los últimos requisitos formales para que pasado mañana finalmente se formalice el postergado acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
¿Cuál es el requisito? Que con su presencia avale todo lo discutido en los últimos días en la capital norteamericana por los miembros de la misión que encabeza el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, y dé espacio para definir lo que resta:
Qué dimensión y ritmo tendrá el ajuste en las tarifas de los servicios privatizados.
En qué plazo y de qué forma la Argentina irá desarmando el andamiaje de restricciones cambiarias que puso en marcha cuando las negociaciones parecían naufragar definitivamente y le permitieron recomponer las reservas del Banco Central, aunque a costa de monopolizar la compra de divisas.
La presencia de Lavagna en Washington es considerada clave por la conducción del FMI, que busca no repetir una experiencia pasada. Tiempo atrás, el ministro desautorizó todo lo actuado durante dos semanas por Nielsen, con lo que obligó a llevar la ronda de discusiones otra vez a foja cero.
Pero además, buscan que la foto del momento en que se anuncie el entendimiento contenga la imagen del ministro, de manera de comprometerlo personalmente en el cumplimiento de lo que suscribirá.
La razón de tanto empeño al respecto es simple. Según pudo averiguar LA NACION -pese al hermetismo que rodea las negociaciones en Washington- el acuerdo contemplará una serie de cláusulas gatillo que se activarán en caso de incumplirse algunos de los objetivos que allí se plasmen, haciendo caer la refinanciación de los pagos que concederá el FMI (y por extensión, el resto de los organismos internacionales de crédito) de allí en adelante.
Cara y cruz
El optimismo respecto de la inminencia del acuerdo que exhibían ayer funcionarios políticos del Gobierno contrastó con la mesura que mostraban en el Ministerio de Economía al respecto. De hecho, mientras por la mañana el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, afirmó que el Gobierno finalmente estaba "a horas de dar el paso que pondrá al país de cara al acuerdo definitivo con el FMI" y pidió tranquilidad en cuanto a los términos de la carta de intención, ya que "nada quedará sin acordar", el vocero oficial de Economía afirmó ayer por la tarde que las gestiones en la capital norteamericana "avanzan dificultosamente".
"El viaje no implica que necesariamente esté listo el acuerdo", insistió el vocero, aunque no pudo establecerse si en un intento por bajar el nivel de entusiasmo que reina en otras áreas oficiales o para reservar el protagonismo de Lavagna en la etapa final de la negociación.
La versión del jefe de Gabinete fue respaldada por la del ex presidente del Banco Central y ex funcionario del FMI Mario Blejer.
Consultado por la prensa, Blejer vaticinó ayer que "el viernes a la tarde se anuncia el acuerdo con el FMI", aunque advirtió que el cierre de la negociación tendrá lugar luego varias etapas más que deberán cumplimentarse. "Seguro que tendrá que pasar por Buenos Aires una nueva misión del FMI para terminar los detalles", explicó, pero insistió que no obstante ello en la práctica el acuerdo estará sellado pasado mañana.
"Yo diría que en la cuestión técnica, aunque no haya acuerdo en todos los puntos, hay acuerdo en que tiene que cerrarse el acuerdo", insistió al ser consultado sobre las razones de su vaticinio.
Los protagonistas de la discusión
De viaje
El ministro de Economía, Roberto Lavagna, viajará hoy por la noche con destino a Washington