Advierten que la Argentina podría dejar de recibir ayuda
La Argentina dejará de recibir asistencia de los organismos de crédito si no afronta los próximos vencimientos de su deuda externa. Así lo precisaron ayer a La Nacion fuentes del Banco Mundial (BM), que debe cobrar el 14 del actual US$ 805 millones por un vencimiento de la deuda argentina.
Altas fuentes del Palacio de Hacienda ratificaron ayer a La Nacion que esa suma no se abonará en término si antes no hay acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), aunque no descartaron que se pueda realizar un pago parcial como demostración de buena voluntad. Al respecto, el ministro Roberto Lavagna dijo anoche en declaraciones televisivas que las consecuencias del incumplimiento “dependerá de la actitud de la dirigencia. Si no hay histeria y mantiene el control, se seguirá negociando en otro contexto. Si no hay acuerdo con el FMI no se caerá el mundo”, opinó.
Pero más allá de las opiniones, si la Argentina incumple en esta fecha, se desatará un proceso de sanciones que arrancaría de inmediato con la suspensión del apoyo a nuevos proyectos, como el plan denominado Jefes y Jefas de Hogar, entre otros que el BM estaba dispuesto a avalar más allá de la suerte que corriera el acuerdo con el Fondo. El próximo paso, según se aclaró, será en diciembre y consistirá en frenar el desembolso de los préstamos ya otorgados por la entidad crediticia.
En este sentido, en el BM reconocieron que, entre otros créditos, quedarán afectados unos 300 millones de dólares que el país recibe por una serie de programas sociales destinados a salud y educación. Las fuentes precisaron que dos programas quedarán especialmente afectados:
Promin: destinado a apoyar la salud infantil con planes de emergencia.
Vigía: orientado a la vigilancia epidemiológica por medio del financiamiento de programas de vacunación contra plagas, de reactivos químicos para bancos de sangre y programas de sida.
Estos dos programas reúnen fondos por 140 millones de dólares, casi la mitad del dinero que en la actualidad el BM destina a la ayuda social en el país. El resto se divide mayormente entre el plan Fopar, destinado a financiar proyectos de inversión de las organizaciones de base, y una serie de iniciativas en el campo educativo.
Más allá de estos planes –que forman parte de una cartera de US$ 9500 millones que la Argentina mantiene con el BM– el Palacio de Hacienda busca otros US$ 4000 millones en créditos para financiar la reforma financiera y gasto social, entre otros sectores. Al parecer, el banco habría contraofertado un paquete de US$ 1500 millones que podría ser discutido la semana próxima en Washington por una misión que encabezaría el viceministro Oscar Tangelson si se acordara con el Fondo. Fuentes del área que maneja la relación con los organismos multilaterales consideraron que, más allá de las discusiones actuales, el apoyo político del Tesoro de los Estados Unidos “es muy importante para pensar en la posibilidad de llegar a un acuerdo en el corto plazo”.
La fuente admitió que la Argentina sufriría un costo importante si el BM y el Banco Interamericano de Desarrollo dejaran de desembolsarle dinero al país. En la misma sintonía, el jefe de la negociación, Guillermo Nielsen, reconoce que el incumplimiento con los bancos entorpecería cualquier negociación con Washington, pero cree que no es posible seguir pagando sin el paraguas protector de un nuevo programa de roll over del FMI.
Una fuente muy allegada a Nielsen dijo anoche a La Nacion –luego de recibir algunas respuestas parciales del FMI al texto de la carta de intención– que si la Argentina pagara todos sus compromisos con los organismos multilaterales sin un programa de por medio, en mayo próximo perdería todas sus reservas internacionales. “Son 9500 millones de dólares hasta mayo; no se trata de 800 millones al Banco Mundial o 1000 millones