Informe semanal
Ser realista
Aunque la lógica indica que la pesificación ha sido absolutamente arbitraria, anticonstitucional y violatoria del derecho y la propiedad, difícilmente se encuentre una salida optima a este dilema. La Corte se ve obligada a fallar a favor de los ahorristas, sin embargo este fallo es de difícil, (sino imposible) cumplimiento. De hecho nadie puede devolver hoy los dólares atrapados en el corralón y si esta fuese una exigencia judicial, la mayoría de las entidades financieras iría a la quiebra. Pero no solo ellas, los deudores hipotecarios, los prendarios, los tomadores de créditos personales, etc. etc., también irían a la quiebra con la consiguiente venta de sus activos por remate y una sucesión de caídas en las valuaciones de activos de manera intempestiva y violenta. Por lo tanto, la salida más decorosa es la del bono compulsivo. De esta manera se reconoce la moneda, se extienden los plazos y se descomprime la situación de los bancos y la de los particulares endeudados. Hoy no hay soluciones mágicas y pedir cualquier otra opción como emisión de moneda o venta de activos, seria profundizar la crisis a niveles inimaginables.