Renunció Pignanelli, pero por ahora se queda

06deDiciembrede2002a las08:13

El titular del Banco Central, Aldo Pignanelli, presentó ayer su renuncia en pleno desacuerdo con la estrategia del ministro de Economía, Roberto Lavagna, aunque el presidente Eduardo Duhalde se tomará hasta el lunes para decidir si se la acepta o no. Tras regresar de una cumbre de banqueros centrales del Mercosur en Brasil, Pignanelli optó por apartarse de su cargo, una decisión que alteró los nervios del sistema financiero local.

Entre sus eventuales reemplazantes se mencionó al hombre de Duhalde en el directorio del BCRA, Jorge Levy, como uno de los más firmes candidatos a sucederlo. De hecho, ayer por la tarde Pignanelli y Levy se reunieron en la Casa de Gobierno con el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, para analizar la situación, con el presidente Duhalde en línea desde Brasil. Tras el encuentro, un vocero presidencial confió desde Brasilia que el Presidente se tomará "hasta el lunes" para evaluar la compleja situación.

Pignanelli habría decidido renunciar, entre otros motivos, por la noticia que daba cuenta ayer de un redescuento otorgado por el BCRA al Banco de Córdoba por $ 150 millones, que permitiría al gobernador José Manuel de la Sota empezar a retirar los polémicos bonos Lecor. El trascendido forma parte de una larga cadena de choques verbales entre el equipo económico y Lavagna, producidos en las últimas semanas.

Sin embargo, fuentes inobjetables del Banco Central y del sistema financiero precisaron a LA NACION que "el presidente del Central se hartó del destrato recibido por el ministro de Economía frente al Fondo Monetario Internacional". Según esta versión, el viernes último Economía envió a Washington un nuevo borrador de la carta de intención y "el ministro Lavagna pidió expresamente que no la viera Pignanelli". En este sentido, un director del Banco Central y una fuente de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA) indicaron que "Pignanelli venía enojándose, pero este hecho lo desbordó".

Deprimido, Pignanelli dejó trascender a sus allegados que con esta movida se jugará "a todo o nada" para que el Presidente avale su estrategia frente a Economía.

En Brasilia, donde acompaña a Duhalde a la reunión del Mercosur, Lavagna fue terminante: "El tema Pignanelli es un novelón, y el ministro de Economía no participa de novelones. Una calificada fuente del Palacio de Hacienda consideró que "lo del FMI es una pantalla, atrás tiene que haber otra cosa". Por su parte, el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, dijo desde Nueva York en diálogo telefónico con LA NACION que "si Pignanelli renuncia yo lo lamento; creo que hizo un trabajo excepcional en el mercado cambiario y monetario. Todos le tenemos un gran aprecio".

Malas relaciones

Por lo bajo, en el equipo económico admiten que "las relaciones son muy malas" con el presidente del Central, quien la semana pasada opinó que el Gobierno debería haberle pagado US$ 800 millones al Banco Mundial y se pronunció en favor de un bono compulsivo para resolver la disputa con la Corte Suprema. "Tiene demasiadas incontinencias verbales", acusó anoche una calificada fuente de Economía.

En la misma sintonía, un director del Banco Central cercano a Lavagna comentó a LA NACION que Pignanelli "es un hombre muy exaltado" y admitió que ayer hubo "una reunión de directorio muy caliente, en la que él no participó, sino que estuvo conducida por Ricardo Branda", el vicepresidente segundo de la entidad y que responde políticamente al justicialismo. La semana pasada, recordó este director, en el mismo ámbito se produjo una "inédita y provocativa" votación dentro del cuerpo para aprobar el encumbramiento de Alejandro Henke como subgerente general del BCRA. Henke es un directivo respetado por el sistema financiero y resistido por el Palacio de Hacienda. Desde entonces, la guerra entre Economía y el BCRA no se frenó. Los directores cercanos al min