El campo cosecha la suba de precios por la devaluación
De dos años a esta parte, los ingresos del sector agropecuario registraron una fuerte mejoría en casi todas las regiones del país.
Hay casos extremos, como el de la miel, cuyo precio al productor saltó 578% entre abril de 2001 y abril de este año, según un relevamiento realizado por la Secretaría de Agricultura. Pero en el común de los productos la mejoría se ubica entre 100 y 250%, más en sintonía con la depreciación que sufrió el peso, que actualmente se ubica en torno al 180% (ver infografía).
Aunque importante, esta suba de los precios al productor no supone linealmente una mejora de la rentabilidad, ya que una buena parte de estos mayores ingresos son transferidos a otros sectores a partir de dos decisiones tomadas por Economía tras la devaluación. La primera fue la dolarización del valor de los insumos. Y la segunda, la reimplantación de retenciones a la exportación, mediante las cuales el Estado se queda con el 5 al 20% del valor de cada embarque.
Es innegable, sin embargo, que esta recomposición de precios ha sido para las empresas rurales una dosis de oxígeno. En el campo, la década pasada se caracterizó por una rentabilidad magra o nula para el productor, salvo situaciones excepcionales de oferta y demanda. Como consecuencia, según datos del INDEC, desaparecieron 100.000 explotaciones rurales, la cuarta parte de las que existían en 1988.