Mercosur: el desafío de la credibilidad
El mundo está mirando al Mercosur con el interés del que advierte un nuevo proceso en marcha. Hay una fuerza distinta, cierta energía derivada del liderazgo con que han asumido sus tareas de gobierno los nuevos mandatarios de esta región.
Para LA NACION
SANTIAGO, Chile.- El mundo está mirando al Mercosur con el interés del que advierte un nuevo proceso en marcha. Hay una fuerza distinta, cierta energía derivada del liderazgo con que han asumido sus tareas de gobierno los nuevos mandatarios de esta región. Y eso transmite un entusiasmo a todos, miembros y asociados, sobre las posibilidades que ofrece esta hora para llevar adelante una política mayor.
El Mercosur tiene sus raíces. Pero, como hemos dicho desde que nos incorporamos a sus tareas, esta iniciativa va mucho más allá de un arancel externo común, con todo lo importante que ello sea. El bloque comercial es un gran proyecto histórico que ha entrado en una fase de altas coincidencias.
Si existe una mirada nueva hacia el Mercosur, hoy es el instante de aprovechar este momento para dar un mensaje realista al mundo, de mostrar que asumimos esta oportunidad con los pies sobre la tierra. Más allá de las metas de largo plazo, de aquel horizonte de integración profunda donde un día quisiéramos llegar, veamos cuánto podemos hacer ahora para ser atractivos en el diálogo mundial y para que nos crean. Y eso se impulsa, en primer lugar, desde el ámbito político. Son tiempos de responsabilidad. Y hemos demostrado que sabemos actuar en ese marco. Lo hecho por el presidente Lula para restablecer la confianza en Brasil por parte de los mercados internacionales y de su propio país ha sido de alto beneficio no sólo para los brasileños, sino para toda la región. No sólo bajó el riesgo país de Brasil, sino que también bajó "el riesgo región". Todos deberíamos estar agradecidos por ello.
Sin duda que el proceso electoral en la Argentina y la llegada del presidente Néstor Kirchner a la Casa Rosada se inscribe en igual lógica. Por eso, surgen las voces de quienes dicen de lejos: allá en el sur de América latina están llevando las cosas mejor de lo que se esperaba.
Ha llegado el tiempo, entonces, de que hablemos en serio sobre los nuevos pasos por dar. ¿Cuál es el símil de aquella base desde la cual hace más de 50 años se echó a andar lo que hoy conocemos como Unión Europea? ¿Cuál es nuestra "comunidad del carbón y del acero"? Es cierto que hoy los europeos tienen el euro y discuten una Constitución común para todo el continente, pero han hecho su camino. Nosotros debemos hacer el nuestro, con pasos firmes y creíbles. Existen áreas muy concretas desde las cuales empezar a trabajar con realismo y concreción. Veamos algunas:
- Coordinación de los miembros y socios del Mercosur frente a políticas multilaterales en el ámbito político, así como cabe hacerlo en el ámbito económico.
- Impulso de políticas macroeconómicas comunes, desde las cuales estructurar acuerdos sobre inflación, déficit fiscal, política monetaria y otros temas que definan responsabilidades compartidas y responsabilidades propias.
- Desarrollo de posiciones compartidas en el ámbito de la seguridad, asumiendo los nuevos desafíos y peligros que afectan a nuestra región y la vinculación de ellos con el resto del globo.
- Armonización de políticas en las cuestiones comerciales relacionadas con los derechos de propiedad intelectual y sus derivaciones en las negociaciones en la OMC y en los tratados comerciales.
- Avances hacia una política de defensa común, a partir de los acuerdos de zona de paz ya alcanzados, buscando una homologación estadística de los gastos de defensa y definiendo políticas de coordinación regional.
- Desarrollo de políticas medio ambientales y su defensa, teniendo como referencia las nuevas exigencias de acceso en los mercados mundiales.
- Coordinación y